
Visión Financiera
El miedo es un combustible absolutamente imprescindible para la Sociedad en la que estamos instalados, forma parte visceral, esencial de nuestra actual Civilización.
Miedo a ser atropellado, a ser despedido, a no pagar impuestos y ser descubierto, a que te pillen en una “vía equivocada”, a llegar tarde, demasiado pronto, a ser asaltado, suspendido, rechazado, al deterioro de la salud, a los accidentes, los atentados, a un pasado irreversible, al dolor, al fin de ciclo…, hasta al éxito
La ciudadanía con miedos, diversas modalidades y grados, es muchos mas manejable, se la puede conducir, se le prometen atenuar sus inquietudes…, sin que lleguen a desaparecer las angustias potenciales, los miedos, es el candado de sujeción mas poderoso; el lubricante perfecto para mantener el dominio de los que mueven los hilos del Poder
Este modelo explica cierta prevención especialmente agrandada de los poderosos ante los terroristas, estos les disputan una parcela de los miedos ciudadanos, en el fondo una franja de Poder
Por contra un ciudadano sin miedos, o con los mínimos, es un terrible problema, un revolucionario molesto, puede presionar al Poder, desenmascararle sin mayores temores, aunque sus acciones no lleguen a ser eficaces, es una “semilla perversa” que alguna vez los puede desalojar y contra la cual no hay antídotos, pues su eliminación siempre deja resquicios…y efectos “perturbadores”
Si una masa crítica de la ciudadanía perdiera el miedo y pudiera coordinarse, la reacción nuclear estaría servida; el Poder tendría que cambiar radicalmente, presa de sus propios miedos…
QMX/cgr