Abanico
Si de repente la diplomacia oficial estadounidense parece mantenerse deliberadamente ignorante de la irritación que despierta la frase de que América Latina es “nuestro patio trasero”, algunos Organismos No-Gubernamentales parecen deseosos a su vez de molestar a todos los molestables.
Esta vez corresponde a la Oficina de Washington en América Latina (WOLA), que su afán, ciertamente bienintencionado de promover el respecto a los derechos humanos, dirige su queja no al presidente Enrique Peña Nieto o al Secretario de Relaciones Exteriores José Manuel Meade o al Secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong.
No. Se quejan ante el Secretario de Estado John Kerry, tras promover una carta firmada por una docena de diputados demócratas y republicanos a la Cámara baja del Congreso estadounidense.
Cierto, no es mala táctica en tanto que evidentemente la relación con Estados Unidos tiene un lugar preponderante en las preocupaciones de México. Después de todo, los dos países se encuentran en un proceso de integración social y económica.
Pero todavía no están en un proceso de integración política y por mucho que los EEUU tienen una enorme influencia aquí y que una carta firmada por legisladores como Luis Gutiérrez, Raul Grijalva y Rosa de Lauro tiene un peso considerable, no está dirigida tampoco al presidente de México sino al Secretario de Estado John Kerry.
Pero talentoso, valiente, rico e influyente como es Kerry, no es el papá de Enrique Peña Nieto, ni de Meade, ni de Osorio Chong.
Peor aún, la carta es un poco como la actitud del niño que advierte a los demás que de seguir molestándolo, “te voy a acusar con mi papá”.
Y esa es un poco la actitud de la carta de WOLA. Tan ciertos como son los hechos reflejados en la carta, la misiva comete el error de no hacer caso de las autoridades mexicanas, aunque sea por la cortesía de hacerles saber la amenaza de acusarlos ante “papá”.
WOLA en todo caso no es la única ONG que recurre a esa táctica y ciertamente el problema del incumplimiento de derechos humanos tampoco tiene la exclusividad en cuanto a los problemas de México. Hace no muchos días el SME anunció el inicio de una caravana por Estados Unidos para denunciar en ese país la violación a sus derechos como sindicato tras la desaparición de su fuente de empleo, la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, hace cinco años.
Pero otra vez, si se trata de una cuestión de imagen lo hacen bien. La imagen del país en el exterior, la de su gobierno, resultan afectadas en mayor o en menor medida y eso se vale en la lucha política por hacer sentir el peso de cada quien para ser atendido por el régimen mexicano.
Claro, si lo que se busca es efectividad el camino es equivocado y el gobierno estadounidense, a diferencia de las NGO de su país, lo sabe. Tiene la experiencia del embargo a Cuba como antecedente: el embargo fue la mejor herramienta para evitar la evolución del gobierno encabezado por Fidel Castro…
QMX/jcf