Doble rasero del populismo: Trump, AMLO y la manipulación de los nombres
De pronto, dos jóvenes, según todos los indicios aceptablemente integrados en el estilo de vida norteamericano, procedentes de Chechenia, pero viviendo años en los EEUU, aparentemente acomodados, deportistas, universitarios…, aparecen entre la multitud de espectadores en el Maratón de Boston.
Portan dos grandes mochilas, las depositan en algún lugar, al azar, y se marchan a buen paso, distancia adecuada, conectan un mando a distancia, temporizador y…estallido tremendo, el suceso mas comentado del mundo estos días…
Escapan con facilidad y a través de la infinita red de vigilancias, que está tejida hoy en el mundo, son localizados, dos hermanos, tiroteos, muere uno, el herido escapa, al fin es detectado, sangre, mucha sangre…
¿Por qué?, ¿para que?.
Mucha gente habla de fanatismo religioso, como trasfondo central del suceso. No, ¡¡ no !!, yo creo que esta explicación carece de sentido, lo que pasa es que es la adecuada para eludir el fondo de la cuestión, cuya raíz se hunde, es mi versión, en los desajustes profundos de la juventud, ante el mundo que le ha tocado vivir…
Los dos hermanos Tsarnáev eran, siempre hay muchísimos matices distintivos, como cualquier otros jóvenes norteamericanos, incluidos los que provocaron masacres terribles en escuelas, de muy triste memoria; no, no entremos en connotaciones religiosas, como tema de fondo, para encontrar la salida al brutal laberinto…
Sugiero la siguiente inmersión.
Jóvenes con acceso ilimitado a las redes sociales e informativas que existen, a través de muchos millones de ordenadores que se encienden cada segundo, en cualquier lugar del mundo, zonas de mas alta densidad, como podría ser, entre otras, el área de Boston, donde ocurrió la tragedia.
Pues bien, piensa esto; resulta que un joven tiene acceso fácil, no hay fronteras para los intrincados, multitudinarios, canales de comunicación social, donde transita, pero casi siempre se encuentra perdido, no es apenas mas que una minúscula mota, entre un océano de participantes, ahora si, un maratón multimillonario…
En el fondo, piensa, no es nadie, un fracasado, acceso a poderosas palancas, donde evidencia su insignificancia, nadie, irrelevante, frustración…, no hay valores disponibles, apenas unas capas de pintura religiosa, pero nada relevante, sin fondo…
Así que sin motivaciones de calado, con palancas poderosas disponibles y sensación de impotencia, pequeñez, mediocridad…, aparece en su multi-bombardeada mente una chispa. “ ¡¡¡Si logro armar un suceso terrible!!!, de pronto me haré mundialmente conocido, viviré una fama de dimensiones fantásticas, jamás lograría esta brutal difusión, a través de mis rutas de ciudadano del montón…”
Esta posibilidad de saltar al primer plano de las escenas del mundo, a través de un atentado sangriento, a falta de valores que den sentido a su existencia, podría ser una motivación poderosa para estos individuos que tratamos de analizar, apresuradamente los etiquetamos como terroristas…, para cerrar pesquisas mas profundas; podrían ser personas frustradas, a la busca de candilejas gigantescas, incluso aceptando músicas fúnebres, inevitables, podrían pensar, para sus objetivos de “lanzamiento”…
No, ninguna religión detrás de estos atentados, no tiene ningún sentido, aunque algunos aprovechen para “evangelizar”…
Pura y dura decisión de resonar, ante la pequeñez y sinsentido de sus vidas, razonablemente acomodadas, pero tristes…, como ha ocurrido en otras espantosas matanzas, en tiempos “modernos” a lo largo y ancho del mundo…
El problema que esta tragedia pone sobre el tapete, mi hipótesis, es de un trasfondo enorme, mucho más allá de un alarde de fanatismo descontrolado, mucho más allá…
Bueno, es mi interpretación que pongo sobre la mesa de debate.
Queda abierto.
QMX/cgr