Abanico
Parece maldición bíblica, una tras otra: Las bombas (ollas de presión) en Boston durante el maratón, la explosión en una planta de fertilizantes en Texas, reformas que no pasan (inmigración-control de armas), inundaciones apocalípticas, más lo que venga. ¿Será que se lo merece Estados Unidos?
En el caso de Boston, el presidente Barack Obama dijo “it’s personal”, ¿personal? A ver, a ver, a ver, cómo está eso de personal: ¿quiere decir que la muerte y heridos de gente inocente son para presionarlo a él?, ¿como las cartas con veneno también para él y un senador tienen el mismo propósito? Entonces significa que los ataques de extremistas inmigrantes o domésticos, de alguna manera son para vengar políticas estadounidenses y no van a afectar la reforma inmigratoria.
Aun así hay que tomar en cuenta que los inmigrantes, “refugiados económicos”, debemos entender que no todos tenemos los mismos antecedentes conflictivos, inmigraciones que han sido en diferentes épocas y condiciones. Hay algunos que se refugian en EU por ser un país que les ofrece mejores garantías, pero en el fondo no dejan de odiarlo por considerarlo un país imperialista.
Si la explosión en West, Texas, en la compañía de fertilizantes también llegara a tener un mensaje similar, entonces la consigna de estos grupos es más grave de lo que se pensaba. Y la supuesta apertura democrática estadounidense con Obama en la presidencia no está surtiendo efecto. Se suponía habría un cambio en la política exterior estadounidense y con ello una percepción mejor de los estadounidenses en el extranjero.
No obstante, Estados Unidos sigue distinguiéndose por ser uno de los países que supuestamente, tiene una mejor democracia y la mayoría de sus ciudadanos la practica. A cambio, sigue el odio extranjero y a la vez aceptando a inmigrantes de países conflictivos. Crean o no, también entre nuestros inmigrantes hay de esos que reclaman una legalización por “derecho humano”, pero se alegran de los inocentes “gringos” muertos y de sus soldados. No podemos negar que parte de nuestra gente comparte esos sentimientos de venganza y rencor, afortunadamente no tenemos la tendencia extremista religiosa-política.
Al pasado no lo podremos cambiar, pero sí podemos influenciar en el futuro con las nuevas generaciones –hijos de inmigrantes– y aceptar el reto para darle una nueva fisonomía al país.
Podremos estar o no de acuerdo con Obama, pero él solo representa parte de ese nuevo rostro y el reto del cambio. Las nuevas generaciones de cualquier raza y origen tendrán la responsabilidad y el futuro de EU; que podría ser la de modificar las políticas abusivas o equivocadas de las generaciones pasadas que nos dañaron. Ya estamos adentro.
Sin embargo, hay inmigrantes que odian a este país por inercia pero viven en él y de él, y pueden ser los más peligrosos, por lo tanto los menos merecedores de una legalización, hay que aceptarlo. Se distinguen por admirar ideologías extranjeras extremistas y se meten en su olla de presión en lugar de hacer patria, se dejan vencer por el rencor del pasado contaminando la mente de los demás.
Menos mal que las bombas hechas con ollas de presión no llevaban frijoles en lugar de clavos y balines, porque nos hubieran echado la culpa hasta de los aguaceros diluvianos en Chicago para aplazar la reforma inmigratoria.
Pero como EU esta tan “salado” en estos días, casi como por maldición islamista yihadista, debemos estar listos para recibir más malas noticias y no necesariamente personales contra Obama.
QMX/rf