Ráfaga/Jorge Herrera Valenzuela
“Ok, ¿cuál sería entonces la agenda de ese resarcimiento del vínculo Estado-sociedad? Hacer caer a Elba, quien era un insulto viviente, es un paso; limitar los poderes fácticos en telecomunicaciones, es otro; aceptar una ley de víctimas, camina en el mismo sentido. Es un proyecto, no magia; pero aceptando, ¿a qué te refieres en concreto? ¿Cuáles serían los puntos? Un abrazo”, escribe y reclama respuestas un lector, en referencia al texto del último 22 de marzo, donde sostengo que los vínculos Estado-sociedad están rotos, que transformar México requiere restablecerlos, para modificar la consciencia y el comportamiento de los mexicanos.
¿Creen, en serio, que la detención de Elba Esther Gordillo es un resarcimiento a la sociedad por los agravios recibidos? En primer término, de estar fundamentada legalmente la consignación, ¿por qué han dejado de aplicar la extinción de dominio a sus propiedades? Pregunto, pues se le acusa de delincuencia organizada y uso de recursos de procedencia ilícita. Es posible que las pruebas que dicen tener disten mucho de ser concluyentes, pero es lo de menos.
Elba abusó de las cuotas sindicales y gastó a manos llenas el dinero de sus agremiados, ninguna relación con recursos fiscales. Su agravio a la sociedad tiene que ver con la descomposición del sistema educativo; resarcirlo requiere de otro proceder y otro procedimiento, mientras están listas las normas secundarias de la reforma educativa.
¿Será suficiente la reforma a la ley de telecomunicaciones, para contener el avance cualitativo y cuantitativo de los poderes fácticos en su incidencia en las políticas públicas? En cuanto quede instalado el Instituto Federal de Telecomunicaciones, en cuanto la Cofetel funcione como Dios manda, las reformas legales sean publicadas en el Diario Oficial de la Federación y esté resuelta la legislación secundaria, la sociedad estará en capacidad de evaluar qué tanto se avanzó, pero, ¿eso contribuye a resarcir a la sociedad por los agravios?
La Ley de Víctimas es una solución política a un problema ético y moral. En el ámbito de las reformas constitucionales, los resultados son a muy largo plazo, siempre y cuando en el camino de su implementación, el sucesor de EPN decida que vayan adelante, porque a lo peor opta por la contrarreforma.
¿Qué hacer para que el contrato social quede vigente de nuevo, para que los vínculos sociedad-Estado sean restablecidos y la sociedad haga suyas las reformas propuestas por EPN, con el propósito de evitar lo ocurrido con el decreto de estatización bancaria y la reforma del 28 constitucional?
La política pública que más se acerca a lograr ese propósito es la cruzada nacional contra el hambre, y podrá considerarse así, siempre y cuando eviten que se transforme en un programa asistencialista y electoral, y además procuren que los alimentos lleguen acompañados de proyectos de empleo, porque al quitar el hambre se resarce la dignidad si se provee de capacidades educativas y laborales para obtener dinero, de lo contrario se convierte a buena parte de los mexicanos en indigentes, sujetos a la dádiva del Estado.
En lo referente a la seguridad pública y la violencia que permanentemente crece, como lo muestran las estadísticas, ya el presidente constitucional de México solicitó plazo de un año para ser evaluado. Aceptaron, entonces, que hay ganas, para faltan imaginación y decisión.
La vertiente económica entra en una fase delicada por la desaceleración. Si Luis Videgaray pensó que los planetas están alineados, habrá que ver hacia dónde, porque lo esperado por el previsible debilitamiento del BRIC está lejos de convertirse en realidad.
Además, creen que en materia informativa los mexicanos de 2013 compran los mismos cuentos que los gobernados del sexenio 1970-1976, donde Fausto Zapata Loredo impuso un paradigma informativo: que venga del Washington Post o de The New York Times la información que ha de modelar el criterio de la opinión pública mexicana.
Ya no funciona de esa manera. ¿Algún directivo de un medio escucharía del nuevo Mauro Jiménez Lazcano esa recomendación -Ahí como cosa tuya, hermano-, convertida en línea editorial? Es lo que hoy, otra vez, quieren imponer.
Pero lo que más agravia a la sociedad se reduce a dos actitudes: corrupción e impunidad.
La sociedad es escéptica, alimenta su información por otras fuentes además de las oficiales, y la promesa de transparencia le abrió los ojos, como se lo abrieron las resoluciones políticas de la SCJN: Guardería ABC, Lydia Cacho, San Mateo Atenco, Florence Cassez, etcétera.
Allí está la respuesta de Miguel de la Madrid Hurtado a Carmen Aristegui:
CA: ¿La justicia estorba para ejercer el poder?
MMH: A veces sí.
CA: ¿La impunidad es condición necesaria para que la maquinaria siga funcionando en México?
MMH: Sí.
CA: Es tremendo lo que dice, es dramático. ¿Pero no cabe ninguna posibilidad desde su punto de vista de que se cambien las reglas del juego y con hechos y decisiones de esta magnitud pudiéramos pensar que si alguien abusa es sancionado en México?
MMH: Sí…
Los mexicanos, para entregar su futuro a las instituciones, además de ser testigos de la manera en que decide resolver EPN tanta corrupción y tanta impunidad, necesitan ver políticos sin fuero, sujetos a juicio porque han delinquido o se presume que violaron la ley; políticos de los partidos que han ocupado y ocupan la Presidencia de la República y la gubernatura del Distrito Federal; ex miembros y miembros del gabinete. La única manera de romper la impunidad y disminuir la corrupción empieza con los que se consideran intocables, con los que se sienten pares de los que hoy gobiernan.
Sólo así se iniciará el restablecimiento de los vínculos sociedad-Estado. Lo demás es posponer la transición que México requiere para recuperar a la patria, para que los mexicanos sean ellos mismos y no los perros guardianes de Estados Unidos.
Allí están los “maistros” de Guerrero, Michoacán, Oaxaca y Chiapas, con conductas similares a las de los personajes de Horacio Quiroga, gozosos de jalarle los bigotes al tigre, en el pasmo al querer amansarlo aplicándole un cautín en los testículos. No es suficiente un desalojo.
Es el momento de la transformación de México, pero también puede serlo del retroceso. Allá ellos, aunque los mexicanos de a pie sean los beneficiarios o los paganos.
Por lo pronto, la moneda está de canto.
QMX/gom