El INE y la complicidad
El Distrito Federal y el estado de México se han incorporado a las entidades donde ya es común la realización de ejecuciones por parte del crimen organizado, sin embargo las autoridades federales y locales no han querido reconocer que este tipo de violencia está relacionada con la disputa de los cárteles de la droga por obtener el control de la zona metropolitana que es estratégica.
En la Ciudad de México desde el inicio de año a la fecha, la violencia se ha manifestado con mayor frecuencia en las delegaciones Gustavo A. Madero, Venustiano Carranza, Iztapalapa, Cuauhtémoc y Miguel Hidalgo; mientras que en el estado de México los municipios con mayor impacto criminal son Ecatepec, Ixtapaluca, Nezahualcóyotl, Huixquilucan, Atizapán, Tlalnepantla y Naucalpan.
Curiosamente, todos estos lugares tienen en común su cercanía con el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y con los principales centros de distribución y almacenamiento de droga.
El asesinato de Antonio Saso del Llano, en el Hospital Ángeles de Interlomas, ocurrido el pasado lunes se suma a otros crímenes que han cimbrados a las dos entidades que ya resienten el encono de la lucha entre los cárteles de Sinaloa, del Golfo, Los Zetas, La Familia Michoacana, los Caballeros Templarios y la organización de los Beltrán Leyva.
Otras ejecuciones vinculados a esta lucha, son como la ocurrida contra Crisóforo Maldonado, el 16 de diciembre del año pasado en el Hospital Médica Sur, así como el caso de Fernando López Salinas, quien cayó acribillado en la calle de Hamburgo, en la Zona Rosa, el pasado 15 de febrero.
Otro hecho reciente es el caso del médico Román Gómez quien, en defensa propia, mató dos extorsionadores el 6 de febrero pasado, en la colonia Fuentes de Aragón del municipio de Ecatepec. Tras demostrar como ocurrió el atentado en su contra obtuvo la libertad bajo las reservas del caso. Sin embargo, un comando armado intentó ejecutarlo este 30 de marzo, cuando regresaba de vacacionar junto con su familia.
En enero de este año, el gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila anunció que el Ejército vigilaría los municipios con mayor incidencia delictiva, luego de que comenzaron a aparecer cuerpos encostalados y cabezas cercenadas en esos lugares.
En la Ciudad de México pese a que desde enero se registró una racha de ejecuciones en las delegaciones Cuauhtémoc, Iztapalapa, Gustavo A. Madero y Venustiano Carranza, el jefe de gobierno, Miguel Mancera, y el procurador de Justicia capitalino, Rodolfo Ríos Garza, se han negado a reconocer la presencia del crimen organizado en el Distrito Federal, mientras que las autoridades federales mantienen un silencio cómplice.
Es posible que la escalada de violencia de incremente en ambas entidades, por ello se requiere que los gobernantes se coordinen con las autoridades federales para enfrentar a los grupos delictivos. Si cae el Distrito Federal, cae México y habrá fracasado la supuesta estrategia anticrimen del presidente Enrique Peña Nieto.
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