
De frente y de perfil
Cualquier proceso judicial iniciado como consecuencia directa de una guerra o de un enfrentamiento político, es político.
Zanjar un diferendo político por la vía judicial deja sin resolver el problema de fondo, aunque de momento incida en la percepción de cambios en la realidad, modifique la imagen del poder, sin transformar su esencia y su presencia. Es una ilusión al estilo de David Coperfield.
Lo ocurrido a Elba Esther Gordillo ratifica un par de hipótesis, deja algunas lecciones y modifica el futuro legislativo de México. Despejemos el primer aserto.
El despacho de Gobernación operó la defenestración y entronización de Carlos Jonguitud Barrios y Elba Esther Gordillo. Hoy resultan de segundo orden en importancia el CISEN y el ente en formación presidido por Manuel Mondragón y Kalb, así como la Sección II de la Defensa Nacional.
Hoy el poder político del Estado se asienta en la SHCP, donde su Unidad de Inteligencia Financiera puede disponer del futuro de cualquier persona o institución cuyo dinero pase por bancos que operen en este país.
En cuanto a las lecciones, es posible que sean alteradas en el transcurso del sexenio, debido a que las aprendieron y aprovecharon, o porque les restaron importancia y se convirtieron en problemas adicionales.
a) Antes de que concluyera la segunda frase del anuncio de su detención, las redes sociales se dieron vuelo y fueron vehículo de información y de desinformación, lo que evitó que la comunicación social gubernamental dejara la impronta ideológica y política que EPN necesitaba imponer al hecho. Corren diversas interpretaciones del suceso que, de momento, convierten al presidente de la República en paladín de la justicia, pero el sexenio inicia…
b) En el entorno presidencial dan por sentado que esta detención aceita las conciencias y las voluntades para que transiten por el Congreso y sin mayor problema las reformas estructurales. Lo que aprueban diputados y senadores muchas veces difiere de lo que la sociedad está dispuesta a consentir que hagan con su futuro, sobre todo ahora que la comunicación dejó de estar sujeta a los canales ordinarios de la prensa.
c) También consideran como un hecho que la detención reconstruyó los vínculos sociedad-Estado, lesionados desde la aparición del EZLN y rotos entre los daños colaterales de la guerra de Calderón. Reconstruirlos está fuera del alcance de los programas sociales, sólo podrá hacerse a través de la administración de justicia, pero la sociedad quiere llevar a juicio a los responsables de la violencia, la muerte y las desapariciones.
d) Si la hipótesis del corrimiento del poder político es correcta, y lo es, ¿para qué necesitan duplicidad de funciones con un organismo anticorrupción? La Unidad de Investigación Financiera de la SHCP tiene la capacidad suficiente para saber dónde está el fruto del cohecho, de la coerción, del cabildeo mal intencionado, de las comisiones indebidas, de las mordidas multimillonarias. Pero claro, es cuestión de voluntad política.
Si debido al quehacer político que aspira a un gobierno de resultados y a la consolidación de la democracia, los razonamientos anteriores son ratificados por la realidad que vive México -como consecuencia de las condiciones impuestas por una guerra interna contra la delincuencia organizada, de amplias dimensiones y de incuantificables bajas, pero también por la disputa mortal de los espacios políticos-, las tareas del Congreso de la Unión habrán de modificarse, con el propósito de que al mismo tiempo que cumplen su función política, honren su mandato constitucional.
Dejemos los eufemismos y las diversas interpretaciones de lado. Retomamos la cita de ayer, de Tony Judt: “… cualquier proceso judicial iniciado como consecuencia directa de una guerra o de un enfrentamiento político, es político”.
La realidad es clara: sobre la confrontación armada con la delincuencia organizada, que va para largo y no cesará pronto en violencia y muertes sin fin, los que cuentan económicamente en México, los poderes fácticos y los defensores del Estado, desarrollarán durante los próximos seis años otra guerra, diferente, pero con daños colaterales y bajas. Quizá más cruel, por los resultados que arroje.
Tal y como se han comportado hasta ahora desde el gobierno, parecen aspirar a que la sociedad participe como convidada de piedra, porque consideran que les estorba, más que ayudarles. ¡Vaya equivocación!
QMX/gom