Jorge Robledo/Descomplicado
Los efectos colaterales de la detención de Elba Esther Gordillo son, por supuesto, muchos y muy variados. Pero algunos de ellos podrían ser claros ejemplos de lo que el gobierno de Enrique Peña Nieto buscaba al momento de tomar la determinación de ir con todo, en contra de la otrora poderosa dirigente del SNTE.
Uno de esos ejemplos sería, sin lugar a dudas, el del gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, quien de pronto, se enfrentó al peor de los mundos posibles.
El mandatario poblano alcanzó la victoria en Puebla bajo un gobierno panista, con todo el apoyo del régimen y claro está, bajo el respaldo decidido y permanente, de la señora Gordillo. No existió límite alguno a ese apoyo.
Es más, Moreno Valle se dio el lujo de iniciar una campaña abierta, para desde ahora, tener lista una posible plataforma político electoral para el momento de las decisiones en 2018. Las visitas de la profesora a Puebla se convirtieron en algo rutinario. Las reuniones familiares de Moreno Valle tuvieron en la maestra a un participante regular.
Ahora, con la caída de la exdirigente sindical, Moreno Valle ha buscado por todos los medios posibles, mostrarse como el “más convencido de los peñistas” Ha expresado todo tipo de alabanzas y respaldos a la acción del gobierno. Pero no se requiere de mucho para entender que la preocupación del gobernador podría quedar centrada en la información financiera que ha quedado en poder del gobierno.
Después de todo, en su campaña quedó claro el apoyo del SNTE y no son pocos los que preguntan hasta dónde llegó ese soporte.
Y después, dentro de la misma información financiera, tendría que aparecer todo lo que es el flujo económico del estado, con claro está, todo lo relacionado con contratos y apoyos del estado a grupos, empresas y personas.
La preocupación de Moreno Valle es más que obvia. Y todo el proyecto político que se quería montar para el 2018 pasó a mejor vida. Y la pelea por la alcaldía de Puebla, como “joya de la corona” de los comicios de julio próximo, deja de ser el “día de campo” que Moreno Valle tenía preparado, para convertirse en la batalla en la que PAN y PRD perderían el apoyo del PANAL y además, tendrían que batallar para sacar adelante “al candidato” de Moreno Valle, ligado por supuesto, a Elba Esther Gordillo.
Otro caso igualmente importante, sería el de Miguel Angel Yunes, en Veracruz.
Si se pone atención a las fechas que se manejan dentro de la investigación en contra de la señora Gordillo, se verá que cubre buena parte de la administración de Felipe Calderón. Y en ella, el ISSSTE fue facturado a la profesora, con Yunes al frente. Y no se requiere de grandes esfuerzos de memoria para recordar que, ya confrontados entre sí, Gordillo y Yunez intercambiaron acusaciones sobre el manejo del dinero en la institución.
Yunes quiere ser candidato a diputado local en Veracruz, como parte de su proyecto personal para dentro de tres años, ser candidato al gobierno del estado. Quiere desde ahora, construir una alianza con el PRD. Pero ahora, las cosas ya no son tan sencillas. Siempre resultaría cómico ver a los perredistas dar su apoyo a un hombre ligado a la señora Gordillo en los momentos que hoy resultan ser parte de la investigación de la PGR.
Daños colaterales que, obviamente, siempre fueron tomados en cuenta. Y que, de muchas maneras tendrán su impacto en el escenario político nacional.
QMX/nda