
Libros de ayer y hoy
En caso de que se aprueben las reformas fiscal y energética, ¿en qué usarán los ingresos adicionales que tendrá el Tesoro mexicano?
Es momento de cuestionarse seriamente sobre el costo económico y político de la democracia, de una ineficaz alternancia que, durante 12 años, entregó a la extrema derecha el futuro de México como patria, como República, como nación, como espacio geográfico que da carta de identidad a una nacionalidad.
La colisión de intereses por adueñarse del control de las diferentes zonas de poder, cerró el paso a la confrontación ideológica, a la construcción de acuerdos, y profundizó el precipicio del encono social, del rencor y la negación automática a toda propuesta inteligente.
Los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón son los responsables de que en este país los ingresos del petróleo se truequen por comida.
Las cifras oficiales -proporcionadas por el Banco de México y la Secretaría de Economía- indican que el gasto mensual hecho por el PAN el año pasado en la importación de alimentos, superó en 37.4 por ciento a la inversión extranjera directa; entre enero y septiembre llegaron al país 13 mil 45 millones de dólares, un promedio de mil 449 millones 455 mil dólares por mes; sin embargo, durante el mismo periodo se erogaron 17 mil 926 millones 391 mil dólares para comprar alimentos a otros países. México exportó mil 991 millones 821 millones de dólares por mes, según el Instituto Nacional de Geografía, Estadística e Informática.
La diferencia es de 37.4 por ciento entre el ingreso de inversión extranjera directa, y la necesidad de comprar comida en el exterior. Se destinaron mensualmente 542 millones 366 mil dólares más en importaciones alimentarias que los capitales foráneos que llegaron al país.
Las cifras del INEGI precisan, además, que las importaciones de alimentos, que van desde cereales hasta carnes, crecieron 5.6 por ciento en ese periodo y mantienen el primer lugar entre los siete grupos de productos alimentarios que presentan saldo deficitario en la balanza comercial, de un total de 17 considerados por el Instituto.
Las exportaciones de alimentos de México entre enero y septiembre del año pasado sumaron 16 mil 31 millones de dólares; es decir, una cantidad 11.8 por ciento menor al monto de las importaciones.
En caso de que durante el periodo de sesiones se presenten y aprueben las reformas fiscal y energética, ¿en qué se usarán los ingresos adicionales que tendrá el Tesoro mexicano?
Si continuarán importándose alimentos y gasolinas, si la nueva riqueza no será útil para recuperar el campo y las agroindustrias, o si el crudo se vende barato para importar caros los productos derivados del petróleo, de nada servirán la transformación del sector educativo y las reformas estructurales.
De alguna manera la nueva riqueza debe tener destino predeterminado, uso fiscal etiquetado, porque de lo contrario ocurrirá lo que sucede en Venezuela, y los mexicanos lo pagarán con tan altos costos sociales como hoy lo hacen los españoles.
QMX/gom