México se la juega en 2025
Aunque se lo han propuesto por diversos caminos, los temas de violencia e inseguridad atraen la atención de autoridades federales y estatales que no encuentran la ruta ni el camino para atender los otros programas que conducen, directamente, a la gobernabilidad, especialmente educación.
Mientras el presidente Enrique Peña Nieto en todos los foros, –especialmente internacionales– trata de presentar un México alejado de la guerra contra el crimen organizado y el narcotráfico, la violencia y la inseguridad, las autoridades estatales están todavía atrapadas en la única motivación del gobierno del ex presidente Felipe Calderón, cuyas secuelas se sienten todos los días: ya sea en la resolución de Florence Cassez, o en el cúmulo de muertos que ocurren a diario en distintas partes o estados de la república.
En Toluca, la capital del Estado de México, se efectuó un cónclave encabezado por el titular de la Secretaría de Gobernación (Segob), Miguel Ángel Osorio Chong, en el que la síntesis es:
“Que nadie espere que se encuentre una baja sensible de la noche a la mañana, estamos haciendo lo que corresponde”.
Desde la campaña electoral y en el periodo de transición, el equipo próximo al actual gobierno conoció los riesgos del mal manejo, sustantivo y sobre todo comunicacional, del programa estrella del calderonismo, la guerra contra el crimen organizado y el narcotráfico, con todas las equivocaciones que ello provocó.
Ahora, acompañado de los gobernadores Eruviel Ávila Villegas, del Estado de México, Rafael Moreno Valle, de Puebla, Graco Ramírez, de Morelos, Francisco Olvera, de Hidalgo, Ángel Heladio Aguirre, de Guerrero y el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera Espinosa, el responsable de la política interna del país, afirmó que se sigue “haciendo nuestra estrategia en el tema de la seguridad. Nosotros estamos con la confianza de que habremos de encontrar resultados en el mediano plazo”.
Del encuentro privado trascendió que, el gobernador mexiquense calificó como inédita la reunión, ya que nunca se había visto un encuentro donde el gobierno federal se comprometiera a enfrentar, junto con gobernantes emanados de distintos partidos políticos, la delincuencia organizada en la región central de la República Mexicana.
Luego de cuatro horas a puerta cerrada con los gobernadores, el secretario Osorio Chong adelantó que en los próximos días se reunirá con los mandatarios del Bajío y aseguró que el Ejército continuará en las calles, hasta lograr una reducción importante en los niveles de delincuencia y que las policías locales cuenten con la fortaleza suficiente para hacer frente a los embates criminales.
El titular de Gobernación añadió que las autoridades federales sostendrán reuniones mensuales y quincenales con representantes de los gobiernos que integran cada una de las cinco regiones en que se dividió el país, para evaluar estrategia y acciones de seguridad.
Se supo también del propósito de “sacar” de la prioridad nacional la inseguridad, la delincuencia y la ingobernabilidad que eso refleja, ya que es un tema que se convirtió en un imán que todo lo atrae, todo lo neutraliza y todo lo agrava y, complica, especialmente, el ánimo y el espíritu del nuevo gobierno y de todo el pueblo. Por eso lo difícil no es como entrarle, sino como salirse y adecuar el trabajo de dependencias y gobiernos locales con los nuevos temas que trae la agenda presidencial.
Se supone que solo es cuestión de tiempo, si la inseguridad no se “come” a varias dependencias, como ocurrió en el pasado inmediato.
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