México se la juega en 2025
Como ya lo dijimos, ojalá procedan así con miles de casos de mexicanos que están en esa misma situación.
O será que procedieron así porque es francesa y por miedo a incomodar a sus paisanos y nos declaren otra guerrita.
El cuento tuvo un final feliz: la Suprema Corte de Justicia de la Nación ordenó la liberación inmediata de Florance Cassez.
“…Se instruye a la secretaría de acuerdos de esta primera sala para que notifique a las autoridades que se ponga en inmediata y absoluta libertad a Florence Marie Louise Cassez…”.
Y tan, tan.
Y todos vivimos felices para siempre.
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Y que me dice… y que le digo…
Un verdadero pleito de comadres se traen en el Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) el Presidente comisionado y uno de sus pares, Angel Trinidad Saldívar, vástago de insigne columnista Ángel Trinidad Ferreira.
Lo que tendría que ser el baluarte de la verdad y la trasparencia se ha convertido en un verdadero lavadero de comadres y todo ¿por qué cree usted? Pues por el poder.
Y claro, por el presupuesto que se otorga cada año a ese Instituto, que supera los 570 millones de pesos.
Además, el prestigio que podría darles a dirigir uno de los institutos que gozaba de credibilidad ante la población y ahora se empeñan en desbarrancar con un pleito barato, de barrio.
Por eso se sacan la lengua, se pican los ojos, se dan de patadas bajo la mesa y luego se acusan ante los medios, exhibiéndose como son. Prepotentes y avariciosos, como todos lo que acceden a cargos importantes sin estar preparados para ello.
Como algunos diputadetes y senaduros.
Es de pena ajena escucharlos.
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De tan transparentes que quieren ser, ventilan públicamente sus asuntos internos, de envidia y de coraje por no tener la posición que encumbre, la de Presidente del IFAI.
Trinidad Zaldívar, increpa, insulta y ridiculiza al Presidente Gerardo Laveaga, y el otro, como peleador callejero, le responde y se pone a su nivel.
Y así, los dos exhiben su pobreza mental y su mediocridad.
Alguien debería ponerlos en su lugar, si tuvieran vergüenza, los dos se deberían ir.
Ya desmadraron al IFAI, recuperar la credibilidad de ese instituto de vanguardia va a estar cañón.
Un pleito personal llevado a niveles de chisme de vecindad.
¡Qué papelazo!
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Pa´puras vergüenzas.
Entre los supremos de la suprema, la francesita aquélla y los comisionados envidiosos, ya nadie cree en nada.
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