Doble rasero del populismo: Trump, AMLO y la manipulación de los nombres
Este martes 15 de marzo los ciudadanos que creemos en el diálogo y la pluralidad vimos con esperanza el nacimiento, a nivel institucional, de un proyecto destinado a instaurar un partido distinto y distinguible de todos los existentes: Concertación Mexicana.
Hasta las oficinas del Instituto Federal Electoral llegamos los concertadores para entregar la documentación pertinente a las autoridades. Con respeto y cordialidad, el consejero Marco Antonio Baños dio la bienvenida a nuestro proyecto e hizo público un claro compromiso: conducir con apego a la ley el trámite de este esfuerzo innovador.
Entre los asistentes se contaron líderes sociales y políticos de gran trayectoria, como René Arce, Tere Vale, Virginia Jaramillo, René Bolio, Patricia Durán, Jorge Carlos Díaz-Cuervo, Francisco Flores, Luis Tamez, Jeanette Moisés, Fernando Silva, Irak Vargas, Etna Zariñán, Luis Martínez y Adelaido López. También estuvieron equipos de las 32 entidades federativas de nuestro país, en las cuales ya están trabajando con entrega y vocación cívica.
Fue muy gratificante verlos reunidos porque entre todos ellos conforman el enorme abanico de maneras de pensar y vivir la política que tiene nuestra patria.
Aunque algunos critican precisamente esta diversidad, nosotros la vemos como una gran ventaja, pues reconocemos que todos los mexicanos tienen algo qué aportar—independientemente de lo diferente que sea su pensamiento— a la obra común de nuestro destino nacional.
A ello se debe que vayamos por la formación de un partido respetuoso de sus militantes, en el que decida la racionalidad política y se destierren el corporativismo y las guerras civiles; en el que no haya tribus, sino hermandad. Un partido en el que prevalezca la libertad de expresión y la equidad.
Un partido, también, que desde la pluralidad construya los acuerdos, la concordia, la cultura de diálogo que son condición indispensable del progreso nacional. Una institución, además, promotora de que sean los mexicanos más honestos y preparados quienes accedan a los puestos de gobierno, al cual queremos ciudadanizar en todas y cada una de sus esferas, pues ello cambiará la forma y el fondo del Estado mexicano.
Dimos un gran paso, positivo, pleno de esperanza. Ahora tenemos por delante largas e intensas jornadas de trabajo para consolidar este proyecto, pero estamos seguros de que lo vamos a lograr porque tenemos la mejor y mayor de las motivaciones: México.
QMX/me