Libros de ayer y hoy
Ni en Cuautla ni en las faldas del Tepozteco ni en Yautepec se ve planeación alguna, cada vez es menor el área dedicada a cultivos y mayor la existencia de klosters, como les llaman a conjuntos bardeados con casas que comparten una piscina una palapa y un asador; a mediano plazo el exceso de construcción de casas de fin de semana y, de eso sí, muy necesarias unidades habitacionales, repercutirán negativamente en el mayor lujo de Morelos, su clima, ya que la disminución de áreas de cultivo, el aumento de construcciones y de concreto, más el vertedero de aguas negras en barrancas y la extracción de agua para uso humano, disminuirá el nivel del manto freático, contaminará cuencas hidrológicas y, de paso, simple y sencillamente arruinará el paisaje urbano.
A ello súmese la eventual ampliación de la autopista La Pera–Cuautla que afectará a poblados como Tepoztlán y Santiago Tepetlapa, principalmente y derribará innumerables árboles, entre ellos las bellísimas Jacarandas de la parte del Chichinautzin.
A la fecha se desconoce si se hará definitivamente esa polémica ampliación y si se reforestará el área que se afectará; de cualquier manera nunca será igual y la problemática negativa de la ampliación será mayor que el beneficio que conllevará.
En suma, esa área de Morelos promete menos agua, más calor, más concreto y menos campo de cultivo.
Hay que agregar a ello el funcionamiento de los fraccionamientos, como Lomas de Cocoyoc con un acceso difícil que causa embotellamientos y una administración que ha traído un incremento de la inseguridad o el fraccionamiento Viveros Hacienda Cocoyoc, en donde ésta y la anterior administración se han encargado de disminuir la producción de composta, destinarla a fines particulares, derribar árboles y destruir más de 300 bugambilias y 500 plantas florales de diversa variedades sin razón alguna. La insensatez llega hasta derribar un árbol por que había pájaros carpinteros y otro por que había pericos, con ese criterio, apoyado por una administración ignorante y autoritaria solo lograrán disminuir el valor de lotes y casas y aumentar, por otra parte, la inseguridad y el ruido. Se da en pequeña escala lo que se da en esa área de Morelos.
Parece prevalecer la ignorancia y los intereses particulares antes que el bien común o el desarrollo de la comunidad. El autoritarismo llevado como por un dictadorzuelo sirio y la falta de plan maestro, tanto en fraccionamientos como en el Estado en sí, provocan desorden y crecimiento sin brújula, desregulado con una visión a corto plazo donde parece que solo importa jugar golf en vetustos y descuidados campos cada fin de semana sin una visión de mediano y largo plazo o hacer más y más klosters como negocio sin importar cual será el futuro de la región ni las consecuencias que traerá.
Sin reglamentos, sin planes estratégicos, sin noción de comunidad ni amor por la tierra y, por ende, por el medio, el futuro que espera a Morelos en general, a la región mencionada y a sus fraccionamientos en particular, es uno de urbanización ramplona, mediocre, desordenada, con menos agua, más calor, más ruido y más inseguridad.
Pero como dicen en Radio Tepoztlán en el colmo de la inocencia y lo iluso “hay que hacer algo”, lo que no dicen es qué es ese algo, es decir, impedir la ampliación de la autopista, para la construcción indiscriminada de klosters, aumentar los terrenos de uso agrícola, promover invernaderos, incrementar la seguridad y el desarrollo de la comunidad y fomentar la información ecológica y las acciones derivadas de esa información: respeto y amor por el medio, uso racional del agua y visión de futuro del México y el Morelos que heredaremos.
Mientras tanto, priva la insensatez.