Doble rasero del populismo: Trump, AMLO y la manipulación de los nombres
En la estrategia gubernamental de combate a la delincuencia organizada se ha privilegiado, hasta el momento, la necesidad de identificar dentro del sistema económico y financiero del país,las actividades delictivas relacionadas con el lavado de activos con el fin de cortar con el flujo de dinero utilizado por los grupos criminales.
Esta titánica tarea tendrá como base una estrecha colaboración entre la Procuraduría General de la República (PGR) y la Secretaría de Hacienda, instituciones que en su proceso de cambio interno han buscado perfeccionar sus instancias de investigación e inteligencia especializadas en detectar actividades ilícitas en los flujos comerciales y financieros.
Es en este marco que el reciente nombramiento de Alberto Bazbaz Sacal como titular de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda ha generado polémica, tras su accidentado y efímero paso por la Procuraduría General de Justicia del Estado de México.
Bazbaz Sacal encabezó, en marzo de 2010, las investigaciones relacionadas con la desaparición y muerte de la niña Paulette Gebara, ocurrido en el municipio de Huixquilucan, Estado de México.
Dicha indagatoria, que fue confusa en sus resultados, luego de que se dictaminó que el fallecimiento de la menor fue accidental. Ello provocó su renuncia al cargo de procurador.
Hoy, el nuevo funcionario de la Secretaría de Hacienda tendrá su mayor reto profesional pues será el encargado de investigar los delitos de lavado de operaciones con recursos de procedencia ilícita y de financiamiento al terrorismo.
La Unidad de Inteligencia Financiera fue creada el 7 de mayo de 2004, y se le designo de como la instancia central para: recibir y analizar reportes de operaciones financieras; presentar reportes de inteligencia para detectar operaciones presuntamente vinculadas con el lavado de dinero o el financiamiento al terrorismo nacional o internacional.
Este organismo implementara y dará seguimiento a los mecanismos de prevención y detección de actos, omisiones y operaciones ilícitas.
Alberto Bazbaz tendrá una estrecha colaboración con la Coordinación General de Información y Análisis Financiero de la PGR a fin de ubicar las inversiones que realizan los grupos criminales para la adquisición de empresas, la compra de inmuebles y vehículos, detección de transferencias para el pago de cargamentos de droga o de armas.
De acuerdo con la Secretaría de Hacienda, la Unidad de Inteligencia Financiera cuenta con los estándares internacionales, similares a sus homólogas de Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido, que son algunos de los países que integran el Grupo de los Siete.
Con estos órganos especializados y la Ley Federal para la Prevención e Identificación de Recursos de Procedencia Ilicita, el Estado Mexicano estaría en posibilidades de desmantelar a grupos delictivos como los cárteles de Sinaloa, del Golfo y Los Zetas, entre otros, que han hecho del tráfico de drogas y de armas, el lavado de dinero, el secuestro y la extorsión, una industria criminal trasnacional.
Estamos a la espera de resultados, sin embargo es necesario reconocer que el poder económico de la delincuencia organizada es capaz de corromper cualquier estructura operativa de los organismos gubernamentales.
La guerra contra la delincuencia será larga y agotadora. En el campo de batalla se vislumbran muchas víctimas mortales; corresponde al gobierno impedir que siga el derramamiento de sangre con la aplicación puntual de la ley y el desarrollo de estrategias que ataquen el centro vital de la criminalidad: su poder económico.
QMX/rha