Abanico
Resulta obvio, por decir lo menos, que el problema de la pobreza en el país se mantiene como uno de los grandes retos. Y es por demás obvio, entender que en Chiapas las cosas son algo más complejas que en el resto de la República.
Así, el que “Marcos” ponga en el escenario nacional la problemática de los pueblos indígenas en el país no puede ser entendido como un suceso más, o uno aislado. Es parte de la misma estrategia de los zapatistas. Y por ello resulta más interesante.
Antes que otra cosa, debe recordarse que a los zapatistas se les quiso sumar la izquierda. Y que López Obrador intentó ser “amigo” del EZLN. Hasta que “Marcos” lo puso en su lugar. Los panistas, a lo largo de sus dos administraciones federales, optaron primero, por la demagogia que sirvió sólo para demostrar el terrible desconocimiento del PAN sobre lo que es la pobreza histórica en el país, y después por el silencio que provocó que el tema pasara a segundo término, pero no que entrara en el terreno de las soluciones.
Ahora, para los zapatistas las cosas son muy simples.
Aparecieron en un año que para el país resultó ser más que dramático. No fue tan solo la “guerra” de los zapatistas contra el gobierno, sino que a ello se sumó el asesinato de Luis Donaldo Colosio y a consecuencia, el arribo al poder de un grupo de tecnócratas que se acepte o no, simplemente elevaron los índices de dureza económica y con ello, de la pobreza.
Por ello, tienen que hacerse notar. Tratan de que el gobierno del nuevo PRI muestre sus cartas. Para ellos el tiempo no es problema. Pero si lo es el entender qué es lo que el naciente gobierno de Enrique Peña Nieto entiende por combate a la pobreza y por “cruzada” contra el hambre.
“Marcos” como encargado de dar a conocer los planteamientos y demandas del EZLN, ha mostrado una y otra vez, que quieren un trato no preferente, pero sí claro y de respeto.
Su reto ahora no es armado. La postura cambió como parte de una estrategia que mostró las “armas” solo para dejar ver que hablaban en serio y para convertirse en noticia a nivel mundial.
Hoy en día, son los mismos con los mismos problemas. Pero con un gobierno emanado del mismo partido que provocó la crisis que les dio vida hace ya un buen número de años. Así, simplemente se ponen en el escenario. Y muestran que las cosas no se han modificado.
Con su actitud dejan de lado al gobernador Manuel Velasco que, lleno de demagogia, los llamó al diálogo en su reciente toma de posesión. Y dejan el siguiente movimiento en manos del gobierno de EPN.
Y aquí sí, el tiempo no es mucho. El EZLN ha mostrado capacidad para el manejo del tiempo y de las condiciones. Son excelentes en todo lo que es el campo de la comunicación. Y con ello en la mano, con el tiempo a su favor y con la presión sobre el gobierno, esperan la respuesta.
Y ello se quiera o no, tendrá que ejercer presión sobre los programas sociales del nuevo gobierno que hasta hace unos días, tenía otros tipo de objetivos políticos.
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