Jubileo 2025: Llevar esperanza a donde se ha perdido
Finaliza 2012, y la noticia de fin de año, según el ‘The Sunday Times’ de Londres, es que Khaled Mashaal el líder político del Movimiento de Resistencia Islámica Hamás, giró instrucciones a las células dormidas de su grupo ubicadas en la Cisjordania, para prepararse para la lucha armada y tomar el control de ese territorio palestino. Ya lo habían hecho en la Franja de Gaza en el año 2007. Si ello se produjera, crearía un nuevo frente antiisraelí, que se sumaría desde la Cisjordania al Hezbolá en Líbano, y a su dominio en Gaza. De esa manera Israel quedaría encerrado por grupos aliados a Irán que podría tomar represalias por cualquier ataque a su programa nuclear o atacar coordinadamente en tres frentes simultáneamente.
Este podría ser un cambio estratégico muy importante, ya que como resultado del debilitamiento del presidente sirio Bashar Assad se ha intensificado la relación entre Irán y Hamás. Irán considera a Hamás como un activo estratégico en la lucha contra Israel, y sus fuerzas son financiadas y abastecidas a través de la Guardia Revolucionaria de Irán.
A su vez, Mahmud Abas amenaza con desmantelar la Autoridad Palestina, justo después del reconocimiento de su estatalidad. Abas dice que pedirá a Israel que reanude el control total de Cisjordania, ya que le es imposible actuar como un líder sin haberle sido concedido el poder. Si lo hiciese, Hamás podría ocupar su lugar más fácilmente aún, sin necesidad de derramamiento de sangre.
Para el Hamás el gobierno de la Organización de Liberación Palestina establecido en Ramala es ilegítimo ya que su mandato finalizó el 9 de enero de 2009. El Fatah respalda su permanencia después que en mayo de 2011 se firmó un acuerdo de pacificación entre las facciones palestinas, que nunca se aplicó, ya que preveía el establecimiento de un gobierno provisional y se convocarían elecciones en menos de un año. Para el Hamás, el presidente Mahmud Abas, reconocido y apreciado por la Unión Europa y los Estados Unidos, como legítima autoridad, no representa al pueblo palestino.
El presidente de la Autoridad Palestina Mahmud Abas, se ha negado a compartir de forma plena los mecanismos de poder que posee, con su rival Hamás, a pesar de la decisiva victoria de Hamás en las elecciones generales de enero de 2006.
En junio del año 2007 los combatientes de Hamás expulsaron violentamente a los leales al presidente palestino, Mahmud Abas, de la Franja de Gaza, en lo que llamaron “la segunda liberación de Gaza”. Desde entonces el presidente Abas no ha visitado la Franja, pese a haber expresado repetidamente su deseo de hacerlo. Hamás había acusado a los países occidentales de ser los culpables del fracaso del experimento democrático palestino, acabado hecho añicos, justificando de alguna manera su ocupación.
La situación en los territorios controlados por el presidente Abas, no es tranquila. En septiembre, un aumento del 5 por ciento en el precio de los combustibles provocó manifestaciones en Ramala, Jenín y Hebrón. Miles de manifestantes enfurecidos por la pobreza, la corrupción y el creciente costo de la vida se reunieron frente a la oficina del primer ministro palestino, Salam Fayad, pidiendo su renuncia. Las protestas revelaron la fragilidad de ese territorio totalmente dependiente de la ayuda económica extranjera. Su crisis financiera se ha agudizado, debido a la caída en la asistencia que recibe regularmente de otros países árabes, así como las restricciones sobre el comercio con Israel. Alrededor de un tercio del presupuesto de la Autoridad Palestina proviene de impuestos, recaudados por Israel en su nombre y ahora Israel ha decidido congelar la entrega de efectivo para cubrir las deudas de la Autoridad por servicios que recibe de Israel, como el agua y servicios de saneamiento, electricidad y atención de la salud para ejercer presiones políticas. Salam Fayad, está tratando de reducir el tamaño del sector público lo que significa enfrentarse a los trabajadores públicos y la congelación de sus salarios y está apoyando un boicot completo de productos israelíes. En la Franja, después de la asunción del presidente Mursi en Egipto, prácticamente no hay carencias de materias primas ni de alimentos pese a que cerró las principales rutas del contrabando llevado a cabo por una intrincada red de túneles. Hamás vivía a cuenta de ese contrabando, pero ha encontrado otras maneras de ingresos y ahora ha comenzado a recolectar fondos para reparar los daños sufridos por las pasadas acciones israelíes.
Qatar, un aliado muy cercano de Estados Unidos y la Hermandad Musulmana han demostrado gran interés por la reconciliación entre Fatah y Hamas. La resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas que reconociera al Estado Palestino como observador no miembro, no ha cambiado la relación con Abas de parte de las autoridades del Hamás en la Franja de Gaza ni ha permitido avanzar en la reconciliación palestina que auspicia Egipto. Tampoco la exhumación del cuerpo de Yasser Arafat, el 27 de noviembre, en la búsqueda de comprobar que su muerte fue debido a una intoxicación, le ha servido a Abas para ganar popularidad. Los enfrentamientos entre Israel y Hamás, que se intensificaron desde el 14 de noviembre, fueron capitalizados por el Hamás para lograr mayor representatividad frente a sus ciudadanos y partidarios. Después del alto el fuego conseguido por el presidente islamista de Egipto, Mohamed Mursi, el líder de Hamás, Khaled Meshaal llegó a Gaza marcando el 25 aniversario de Hamás.
Human Rights Watch, una de las principales organizaciones internacionales independientes dedicadas a la defensa y la protección de los derechos humanos, publicó hoy un informe acerca de los grupos armados palestinos de Gaza acusándoles de violar las leyes de la guerra durante los combates noviembre 2012 con el lanzamiento de cientos de cohetes contra centros poblados de Israel. Por lo menos 800 cayeron en Israel, incluyendo 60 que afectaron a zonas pobladas. Algunos de esos proyectiles mataron e hirieron también a palestinos de Gaza, dice Human Rights Watch. “Simplemente no hay justificación legal para el lanzamiento de proyectiles contra zonas pobladas”. Human Rights Watch encontró que grupos armados palestinos dispararon cohetes en repetidas ocasiones desde zonas densamente pobladas, hogares, negocios, y un hotel colocando a los civiles de las inmediaciones en grave riesgo de sufrir ataques israelíes contra las lanzaderas. Hamas, la autoridad gobernante en Gaza, está obligado a respetar las leyes de la guerra y debe castigar a los responsables de graves violaciones, dijo Human Rights Watch. Bajo las leyes de la guerra, las partes en un conflicto armado tienen la obligación de tomar todas las precauciones posibles para proteger a los civiles bajo su control de los efectos de los ataques y no poner objetivos militares en o cerca de zonas densamente pobladas.
Lo que las autoridades del Fatah y del Hamás no han tomado en cuenta es el sentir de la juventud palestina, que ha descubierto a partir de los levantamientos que provocaron la así llamada “primavera árabe”, que pueden intentar influenciar en el gobierno de sus propias vidas. Hay quienes siguen pensando que la lucha armada contra Israel puede dar resultados ya que la disputa popular en su forma actual parece ser “demasiado occidentalizada”. Pero la mayoría, está confusa. Los jóvenes se encuentran entre un proceso de despolitización y otro de radicalización islamista. Ello provoca un proceso gradual de desintegración social. La solidaridad interna ha disminuido, y la mejora en la situación económica lleva a los jóvenes a los cafés y a los estudios, buscando una vida más normal. Las revoluciones en los países árabes, han creado una dinámica que permite cultivar la esperanza ya que les han enseñado que el cambio es posible, si los jóvenes se manifiestan deseando hacer oír su voz.
Todo parece indicar que el nuevo gobierno israelí será presidido por Benjamín Netanyahu y que su coalición no tendrá posiciones diferentes respecto a los palestinos. Sin embargo, la asunción del segundo período presidencial del presidente Barak Obama y los intereses estadounidenses en la región, permiten percibir su deseo de establecer un eje sunita en el Oriente Medio pro-occidental. Para ello necesita ocuparse del conflicto palestino-israelí, buscando la ayuda de Egipto, Turquía, Qatar y Jordania, después de la caída del régimen sirio. En ese contexto, algunos observadores no descartan la reiniciación de negociaciones entre Israel y la Autoridad Palestina, para que ayuden a lograr calma en la situación global. Si lo que se proponen es cuidar los intereses sunitas, no es de descartar que también el Hamás encuentre un espacio en un nuevo arreglo.
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