PERSPECTIVAS: Terreno de lucha

07 de diciembre de 2012
 , 
10:22
Norberto de Aquino

La reforma administrativa se convirtió en el terreno de lucha política en el que los partidos políticos todos, han puesto en juego mucho más que la propuesta de cambios hecha por Enrique Peña Nieto.

Es claro que los partidos políticos de oposición han buscado hacer valer su precaria fuerza en el Senado y el claro que los problemas internos en esos partidos tienen mucho que ver. Pero podría ser en el terreno del PRI en donde el reto podría ser mayor.

Para el PRD en el Senado, la situación es simple. Se debe mostrar poder para hacer valer el peso de los votos, especialmente en el momento en que se ve venir la crisis interna a causa de las muchas fracturas que asoman el rostro en las filas del sol azteca.

Para el PAN la situación es un poco más compleja.

Es claro que Ernesto Cordero se ha aliado con los “duros” de su partido en el Senado, en busca no sólo de mantener la presencia política azul en el escenario nacional, sino también para poder presionar hacia el interior del partido con miras a la batalla por el control del PAN que se ha desatado una vez que perdieron las elecciones.

Cordero quiere mantener una postura radical para poder conservarse en el control de los senadores de Acción Nacional. Pero al paso de los días, parece encontrarse mucho más cerca de la caída que de la consolidación de su liderazgo.

Pero en el PRI es en donde las cosas simplemente no caminan.

No es necesario un esfuerzo de memoria especial para recordar como fue que se enredó en la Cámara Alta el tema de la reforma laboral. En la Cámara de Diputados la reforma fue aprobada sin problemas. Pero los senadores del PRI encabezados por Emilio Gamboa no pudieron hacer lo propio. Cometieron errores incluso de procedimiento y nunca encontraron el punto de negociación adecuada con sus rivales. Y la reforma se entrampo. Incluso se pensó que el proyecto de Felipe Calderón  no sería aprobado en tiempo para que ahora expresidente lo promulgara.

Los errores de Gamboa fueron muchos. Y su incapacidad para la operación política se convirtió en tema de muchas pláticas hacia el interior del nuevo grupo en el poder.

Pero todo se mantuvo igual

Llegó el turno de la reforma administrativa. Y de nueva cuenta, la Cámara de Diputados logró sacar el proyecto, ahora de Peña Nieto, sin mayores tropiezos, sólo para ver como, otra vez, el equipo de Emilio Gamboa mostraba incapacidad para concertar con un grupo de políticos radicales del PAN y el PRD.

Así, Peña Nieto se vio obligado a iniciar su administración sin los cambios que había propuesto para ello. Los senadores encabezados por Emilio Gamboa simplemente  no podían llegar a la meta fijada.

Y la incapacidad política dejó de ser un tema de pláticas, para convertirse en causa de preocupaciones.

Y las cosas se complicaron cuando, el miércoles pasado, Emilio Gamboa aprovechó la visita de Miguel Osorio, flamante titular de Gobernación, para “hacer notar” su fuerza política. Utilizó al nuevo funcionario para fortalecer su imagen, sólo para unas horas más tarde, regresar a las demostraciones de incapacidad en el manejo político.

Los partidos políticos en el Senado tienen problemas. Todos. Pero los del PRI no dejan de ser los que llaman la atención. Después de todo, se supone que con la minoría mayor, algo se podría lograr a la hora de las votaciones.

QMX/nda

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