
Libros de ayer y hoy
Gregorio Ortega Molina
¿Qué se necesita para que los millonarios mexicanos confíen en su patria, reinviertan en su país, o si invierten fuera, repatríen las ganancias?
Es cierto, el dinero carece de valores éticos y morales, sólo los adquiere cuando sus dueños los poseen; tampoco despide olor alguno, pero confiere seguridad y poder a sus propietarios, les permite comprar voluntades y establecer complicidades; carece de nacionalidad, pero tiene una virtud: huele, detecta la confianza, acrecienta la fama de estabilidad de los países donde encuentra refugio.
Los millonarios mexicanos, idénticos a los de todas las naciones, buscan seguridad pública y jurídica para sus inversiones, características que no encontraron en su país durante los últimos seis años -como ocurrió a los inversionistas extranjeros-, y que definen las exigencias y urgentes tareas a las que debe entregarse el novísimo secretario de Hacienda, Luis Videgaray.
El Banco de México informa que durante la administración panista que recién terminó, ciudadanos y empresas mexicanas transfirieron al exterior 111 mil 38.9 millones de dólares para ser depositados en cuentas bancarias o para abrir y operar empresas fuera del país.
Puntualizó que el monto de recursos transferidos por mexicanos al exterior, superó en 70 por ciento el saldo de las nuevas inversiones extranjeras que llegaron a México durante el mismo periodo, que fueron de 65 mil 434.2 millones de dólares.
La responsabilidad de Luis Videgaray para recuperar la confianza es similar a cualquiera de los trabajos de Hércules, puesto que -como abunda en referencias la prensa especializada en economía- la cantidad transferida por mexicanos a bancos extranjeros o para realizar inversiones en el exterior durante los últimos seis años no tiene precedente. Incluso en la década de los años 80 del siglo pasado, cuando la fuga de capitales colocó al país a un paso de la insolvencia, las cantidades fueron una fracción de las movilizadas fuera del país durante este último gobierno.
La transferencia de recursos al exterior por ciudadanos mexicanos fue realizada a través de dos vías: para ser abonados en cuentas bancarias, en las que depositaron 49 mil 603.3 millones de dólares; 877 por ciento superior a la huída de capitales realizada en el sexenio de Vicente Fox Quesada, que fue de 5 mil 72.7 millones de dólares.
Como inversión directa, para financiar actividades productivas fuera del territorio nacional, sumó 61 mil 435.5 millones de dólares.
¿Qué se requiere para que los millonarios mexicanos confíen en su patria? ¿Qué, para que reinviertan en su país, o si buscan mejores oportunidades en el exterior, repatríen las ganancias que por esas inversiones obtienen? ¿Qué, para que la impunidad fiscal dejé de ser tanto o más perniciosa que la impunidad criminal?
Las respuestas las deberán encontrar Luis Videgaray, Miguel Ángel Osorio Chong y Jesús Murillo Karam, pues como ayer se expuso en este espacio, la pésima situación que en temas de imagen y confianza recibe el país Enrique Peña Nieto, obliga a una mayor creatividad, a ofrecer resultados antes de que concluya el bono de democrático aportado con los votos recibidos.
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LA COSTUMBRE DEL PODER: Videgaray: recuperar la confianza – Al Momento Noticias.