El 2025: los desafíos del desarrollo
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Las precipitaciones siempre conducen a cometer errores, torpezas, propias de bisoños o al revés, de déspotas y arbitrarios.
A todos nos queda claro que el nuevo gobierno ya entró en funciones.
El Twitter de Osorio Chong diciendo que se había tomado la decisión de distensar el cerco militar y policiaco en torno a Palacio Legislativo así lo comprueba.
Eso quiere decir que la decisión de establecer un cuasi Estado de Sitio desde una semana antes a la toma de posesión en varios kilómetros a la redonda del Palacio de San Lázaro la habían tomado El Electo y su equipo, sin consultar al que todavía no se va.
Lo bueno es que recularon. Pero fue una mala señal, un exceso, se apresuró a decir el todavía Jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, hablando en tercera persona, como si el mando de la ciudad ya no estuviera en sus manos.
Lo volvemos a decir: ¿Cambiar para seguir igual?
Otro error producto de la precipitación, fue anunciar con bombo y platillo el Pacto Por México, como si no conocieran a los integrantes de las tribus de los amarillos. Veleidosos, abusivos, contradictorios, chantajistas y pejelargatianos.
Podría decirse que a los integrantes del equipo de transición los chamaquearon, pues primero les dijeron que sí y a la mera hora les salieron con la batea de babas para dejarlos mal parados.
Dos errores, dos.
Y contando….
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Sin reforma
Y en esa secuencia de precipitaciones, ahora resulta que hasta el momento está atorada en el Senado la Reforma Administrativa que hará desaparecer a la Secretaría de Seguridad Pública y a la de la Función Pública.
“Es el PRI el que lamentablemente está impidiendo que el gobierno entrante organice su gabinete como lo tenía planteado”, dicen en desplegados en los medios los panuchos.
Otra chamaqueada, producto de las precipitaciones, o de los caprichos.
La idea de comenzar a gobernar antes de tomar posesión del cargo se les está aguadando, dicen los observadores.
¿Bisoños o caprichudos?
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Batalla campal
Otro tema que tiene que ver con la transición gubernamental es la posibilidad de Emilio Chuayffet, mexiquense ex secretario de Gobernación llegue a la Secretaría de Educación Pública, en el gabinete del Electo.
Eso desataría una guerra sin cuartel, de pronóstico reservado, con la líder del sindicato magisterial, la todopoderosa Elba Esther Gordillo.
Ambos personajes son enemigos acérrimos desde hace algunos ayeres.
Como todo buen político, y polémico, la mención de Chuayffet en esa privilegiada posición ha generado simpatías y rechazos, sobre todo de la bancada del Panal, en donde dicen que en ese puesto debe estar un maestro.
¡Si chucha!
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Nos leemos la próxima, ya con nuevo gobierno.
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