PERSPECTIVAS: Duro golpe

29 de noviembre de 2012
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9:32
Norberto de Aquino

El término del sexenio no podía ser más complicado para la Policía Federal en lo general, y para Genaro García Luna y su equipo en lo particular.

Edgar Valdez Villarreal, “La Barbie”, lanzó desde la prisión de alta seguridad en la que se encuentra, un duro golpe a la institución consentida del gobierno que maña concluye su gestión. Los cárteles de la droga entregaron dinero en su momento, a García Luna y a otras autoridades, dijo el conocido narcotraficante.

Y por supuesto, se puede pensar todo lo que se quiera. Incluso se puede concluir que “La Barbie” miente o busca alcanzar algunos beneficios si habla algo de lo mucho que sabe.

Pero, a pesar de todo, la situación tiene su lado preocupante. La actuación de la PF está lejos de ser algo como para presumir. Y son muchos, en verdad muchos, los que desde el gobierno que se va o desde el interior del grupo que el sábado próximo arribará al poder, lanzan duras críticas en contra del aún titular de Seguridad Pública, del accionar de su dependencia y de los problemas que deja abiertos en el país.

Así las cosas, la pregunta tendría que girar más que en otros puntos, en la idea de ¿qué es lo que podría ganar en realidad, Valdez Villarrreal con sus declaraciones?

Si todo fuera una burda mentira, por supuesto que nada. Tal vez dañar la imagen de García Luna y demás acusados, pero nada más.

Del otro lado, con una acusación semejante, lo que queda por ver es qué tanto problema existe en la PF y hasta dónde llega el problema evidente de corrupción.

No se requiere de mucho para entender que a lo largo del actual sexenio, la PF se comportó como un ejército particular que se mandaba sólo y que difícilmente aceptaba coordinarse con otras instancias para realizar el trabajo encomendado.

La PF jugó a la política con el instrumental de la justicia. Y se apostó al futuro, sin entender los problemas del presente.

Fue así que el caso de la francesa Florence Cassez se utilizó no para demostrar la capacidad y la fuerza investigadora de la PF, sino para poner en claro que sí había alguien capaz en el gobierno de Felipe Calderón, era precisamente Genaro García Luna.

Pero la balacera en el aeropuerto internacional de la Ciudad de México y el ataque a un marino y a dos agentes estadounidenses, puso en claro que dentro de la policía federal había un combate abierto por cuotas de poder y control del botín de guerra, por decir lo menos.

La investigación de la Procuraduría General de la República, interesada y con fines políticos obvios, tenía sin embargo el ingrediente de las dudas sobre la PF y la verdad de los acontecimientos.

Y justo cuando aún no se aclara lo sucedido en el caso Tres Marías, aparece ahora una acusación directa en la que se habla de dinero y se dan nombres de quienes lo recibieron.

De esta manera, resulta difícil evitar la idea de una investigación a fondo. Es más, nadie debería tener mayor interés en una investigación sobre este tema, que los altos funcionarios de la PF. Aclarar la situación debería ser su objetivo fundamental.

Ya que de otra manera, y se quiera o no, las dudas que quedan brincarán, inmediatamente, a las autoridades federales a lo largo del sexenio. Con todo lo que ello significa.

QMX/nda

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