PERSPECTIVAS: Combate a la delincuencia organizada

22 de noviembre de 2012
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1:15
Norberto de Aquino

El programa más importante de Felipe Calderón a lo largo de su gestión, el combate a la delincuencia organizada, se ha convertido en blanco de todo tipo de golpes a unos días de que termine el sexenio del michoacano.

El intercambio de golpes entre la SSP y la PGR no permite dudas sobre lo que sucede. Pero a ello habrá que agregar que desde Estados Unidos llega el aviso de que se ha recomendado a los ciudadanos estadounidenses que no viajen a 19 entidades de la República, en algo que, en buen romance, no es más que la confirmación de que a los ojos del exterior, la lucha contra el narcotráfico emprendida por Felipe Calderón, ha resultado en una verdadera batalla campal, en la que, a pesar de que hay esfuerzos evidentes del estado para controlar la situación, los visitantes no tienen toda la seguridad que se esperaría para ellos.

Estados Unidos establece que la mitad de la República, enfrenta serios problemas de seguridad. Y entre ellos buena parte de las entidades consideradas destinos turísticos de primer nivel.

Y si esto fuera poco, la CNDH informa que a lo largo de la presente administración, el crecimiento de los índices de violación a los derechos humanos fue una constante.

Total, que el desastre es el resultado evidente de una guerra que se inició con mucho entusiasmo, pero sin estrategia alguna; que involucró a quienes habían fracasado en la administración anterior en la lucha contra el tráfico de drogas y que acabó por dividir a las instituciones encargadas de brindar seguridad a los mexicanos, y que concluye con críticas internacionales, con gobernadores arrinconados por la realidad y su incapacidad y con el señalamiento de la violación de derechos humanos como una constante.

Y aquí habrá que tener en cuenta el hecho de que varias entidades de esas que son señaladas por los Estados Unidos como nada recomendables para que sus ciudadanos las visiten, se encuentra casos como el de Veracruz y sus desmedido esfuerzos por hacernos creer que todo el problema de la inseguridad está bajo control.

A dos años de iniciada su gestión, Javier Duarte se lanzó a presumir el gran avance en materia de seguridad. Se dedicó a pregonar la forma en que según él, se había logrado regresar a Veracruz el clima de tranquilidad y paz que se reclamaba. Pero ahora, con el señalamiento que viene desde el país vecino al norte de la frontera, sus discursos y afirmaciones no pasan de ser palabras al viento.

Y lo peor de todo es que Roberto Borge, gobernador de Quintana Roo festejó las advertencias hechas por Estados Unidos, ya que los destinos turísticos la península o de su entidad, fueron puestos en la lista negra.

Estados Unidos coloca a Felipe Calderón contra la pared. Y con ello, a varios gobernadores que suponían que podían mantener una imagen diferente a la real en base a discursos.

La mitad del país, la parte medular en el terreno turístico, ha sido colocada en el terreno de la inseguridad. Ello pone de rodillas al gobierno federal. Y exhibe a Gobiernos, como el de Veracruz, que pensaron que podían caminar con toda tranquilidad, entregando el control de la entidad a la marina o al ejército y dedicados de lleno a los discursos y a la demagogia.

QMX/nda

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