PERSPECTIVAS: Un partido político más

20 de noviembre de 2012
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9:59
Norberto de Aquino

El Movimiento de Regeneración Nacional se convertirá en un partido político más. Y entre sus muchos objetivos, se quiere dejar de lado todo lo que sus creadores han utilizado para llegar al punto en que se encuentran.

Andrés Manuel López Obrador pretende, sin más, que el clientelismo, las tribus, sectas y corrientes dejen de existir, al menos en su partido. Quiere que los militantes voten de manera libre y crítica y que elijan dirigentes con absoluta libertad.

Pero el problema es ante este planteamiento, por demás obvio: ¿puede el mago del clientelismo pedir que esta práctica sea eliminada? ¿Puede el hombre que utilizó tribus, sectas y corrientes para consolidar su fuerza dentro del PRD, pedir que eso sea eliminado de la estructura de MORENA?.

La verdad es que el nuevo partido de izquierda nace con retos enormes y límites muy claros. No será fácil dar vida a una entidad política en la que los líderes han demostrado utilizar todo tipo de artimañas para alcanzar el poder, hablando de democracia y transparencia en el accionar.

López Obrador ha cambiado tantas veces de bando y de partido, que resulta imposible creerle aquello de que no habrá línea en su partido. Ha dejado tantas banderas en el camino y ha abandonado tantos proyectos para dar vida a los propios, que no parece sencillo aceptar que esta ocasión sí existe una intención de servicio a la sociedad.

AMLO traicionó al PRI sin problema alguno. Traicionó a Cuauhtémoc Cárdenas con toda tranquilidad. Dejó en el aire los acuerdos con Marcelo Ebrard para convertirse nuevamente en candidato presidencial de la izquierda. Atacó a sus seguidores a los responsabilizó del fracaso electoral de hace seis años. Y en esta ocasión montó todo un espectáculo perverso, con tal de acreditar un “nuevo fraude electoral” en su contra.

Ha negociado con los diversos grupos en el interior del PRD. Los ha utilizado y les ha permitido a cambio, hacer cuanto desean en las zonas del Distrito Federal que se les entregaron. Habla de una honestidad a toda prueba, cuando la corrupción en la capital es incuestionable y creciente. Y la corrupción no es sólo tomar dinero. No cumplir con las responsabilidad de un liderazgo político o de un cargo público, también forman parte del problema.

López Obrador inicia el largo recorrido en pos de un partido político propio. Y habla de acabar con los problemas de todos los partidos políticos que, por supuesto, son corruptos y dominados por quienes controlan al país.

Pero aparecen al lado del tabasqueño cuadros políticos que como AMLO, han cambiado de bando con singular facilidad y amenazan ahora, hacerlo de nueva cuenta para formar parte del grupo selecto que habrá de manejar a MORENA.

La verdad es que el objetivo no es otro que una nueva candidatura presidencial. MORENA será más que un partido político más, una amenaza para lo que queda del PRD. O apoyan los designios del tabasqueño, o sufrirán una embestida que podría colocarlos en la marginalidad política. O apoyan a López Obrador, o sufrirán las consecuencias.

En MORENA no habrá línea. Habrá decisiones que “aprobadas” por la mayoría, serán impuestas a todo el mundo. Y cuando AMLO pierda una nueva elección presidencial, hablarán del nuevo fraude y claro está, iniciarán el recorrido que tan bien conocen, para mantener a las izquierdas, bajo control absoluto que es, a final de cuentas, el objetivo real y fundamental de toda esta nueva ocurrencia de López Obrador.

QMX/nda

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