PERSPECTIVAS: Golpes entre la Policía Federal y la Procuraduría General de la República

19 de noviembre de 2012
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9:48
Norberto de Aquino

El intercambio de golpes entre la Policía Federal y la Procuraduría General de la República sigue en aumento. Y por lo visto, habrá aún muchas sorpresas en lo que resta de la actual administración.

La PF de Genaro García Luna parece haber perdido la guerra. Pero quiere mantener vivas algunas batallas en busca de una salida que permita rescatar algo de lo mucho en juego.

La institución consentida de Felipe Calderón lanzó una feroz ofensiva mediática para evitar además del ridículo, la aplicación de la ley en el llamado caso “Tres Marías”.

Buscó, con todos los recursos a su alcance, colocar a la PGR en una lógica de que cualquier cosa que no fuera el apoyo a la teoría de la “confusión”, resultará en una venganza política. Se quería además, mantener fuerza de la lógica del análisis, el caso Florence Cassez y la balacera en el aeropuerto internacional de la Ciudad de México.

Pero en la PGR, con proyectos políticos propios, con apoyos oficiales muy claros y con la necesidad propia de mantener vigentes sus aspiraciones, se decidió dar paso a la realidad.

Y la realidad puso en claro que en la PF algo está totalmente descompuesto. Así, se inició la batalla entre las instituciones. Se resistieron los embates de García Luna. Se esquivó el ataque mediático. Y en las reuniones oficiales, se mantuvo con firmeza, la postura de que todo en Tres Marías había sido un plan deliberado.

La PF respondió con un golpe con el que se quiso involucrar a los Estados Unidos. Se trataba de una medida de emergencia, pero con datos que podían ayudar a mejorar su credibilidad. Después de todo, para nadie es ajeno el hecho de que la procuradora Marisela Morales, había recibido premios y felicitaciones desde el gobierno estadounidense, por su trabajo y por su nombramiento.

Se fue más allá. Se tendía la trampa con la idea de que la PGR tropezara con los datos. Y ahora, con varios días de calma en el frente de batalla, reaparece la PGR y no sólo ratifica sus acusaciones, sino que eleva las apuestas: lo sucedido fue “un ataque directo y planeado”.

Es más, se informa de que hay cuatro mandos más de la Policía Federal que están involucrados en los hechos y que no han sido detenidos gracias a que se encuentran amparados.

La PGR entonces, pone una piedra más en la carrera de la policía federal por escapar de sus errores. Primero, anuncia que hay otros mandos involucrados, con lo que pone a la vista que en la descomposición de la PF hay todavía mucho que aclarar.

Y después, sin comentarios extras, anuncia que hay mandados amparados, con lo que obliga a preguntar ¿si no tenían nada que temer, a causa de qué buscaron la protección de la ley? Y antes de que lleguen las respuestas sobre “venganzas” y cuestiones así, pone a la vista de la ciudadanía las declaraciones de los policías ya consignados.

La batalla pues, se mantiene en sus niveles máximos. Y si la PF muestra desesperación y aparece como arrinconada, la PGR muestra una calma singular que obliga a preguntar ¿debido a qué toda la información se brinda con tanta lentitud? ¿si todo está tan claro, qué se gana con la dosificación de la información?

En otras palabras, ya se sabe lo que pretende la PF. Pero ¿qué es lo que quiere en realidad la PGR?

QMX/nda

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