Poder y dinero/Víctor Sánchez Baños
La nueva ingeniería social no necesita del gulag para desplazar miles de personas, con la guerra al narco y la exportación de capitales es suficiente.
Nadie que ha llegado a dirigir una nación es torpe, ignorante o tonto; quizá la ideología lo confunda a la hora de decidir sobre las políticas públicas, o al momento de incidir en los fondos presupuestales que castigan a la oposición; también es posible que se pliegue a sus muy personales perversiones políticas y se transforme en dictador o en convenenciero entreguista, pero en la pupila siempre tendrá la luz de la inteligencia.
Hoy, el dilema para México es grave. En palabras de Tony Judt: “Una cosa es temer que un buen sistema no pueda mantenerse y otra muy distinta perder la fe en el sistema”. Lo cierto es que estamos ante las consecuencias de la ingeniería social concebida y perpetrada por el panismo. Primero a través de los daños colaterales como consecuencia de la declarada guerra presidencial al narco, después como resultado de la venta a otras naciones de gran parte del sistema financiero mexicano, lo que convierte a la nación en exportadora de capitales, de su riqueza, de su ahorro. El resultado en seis años es de 1.2 millones de desplazados.
La información allí está, servida como plato frío a los que no ven con buenos ojos a los mexicanos de a pie, entregada antes del puente de la Revolución, como para que ni duda quede de las intenciones de la ingeniera social al estilo panista.
Como entrada, el gobernador del Banco de México sale al paso de las lenguas perversas y en contra de lo que la realidad muestra; Agustín Carstens sostiene que las filiales de bancos extranjeros en México no han transferido recursos a sus matrices asentadas en los países que enfrentan crisis financiera.
Para darle con la puerta en la nariz, desde la casa matriz del BBVA se informa que su filial mexicana, BBVA Bancomer, está posicionada como el negocio más rentable del grupo, al convertirse en su principal fuente de ganancias de todas las regiones en que opera.
Pero acá, como si estuviésemos en el espectáculo de la Linterna Mágica o el Teatro Negro de Praga, durante la presentación del Reporte sobre el sistema financiero 2012, Carstens habló de la relación entre las matrices y filiales de bancos extranjeros en México, porque desde junio o julio su antecesor en el puesto, Guillermo Ortiz Martínez señaló, en varias oportunidades, que las filiales estaban transfiriendo recursos a sus matrices.
El gobernador Carstens sostiene: “Un tema que ha estado presente en el debate es qué tan vulnerable es el sistema financiero ante la presencia de filiales de bancos europeos. Nos sentimos bastante seguros sobre la actuación de esos bancos, porque funcionan como filiales y no sucursales; eso da gran fortaleza porque tienen capital propio, sus propias reservas y su propia fuente de fondeo”.
Ustedes, lectores, ¿le confiarían sus ahorros? Tony Judt dejó anotado: “La idea de que quienes están en el poder saben lo que más conviene -que están empeñados en programas de ingeniería social en representación de personas que ignoran lo que es bueno para ellas- no nació en 1945, pero floreció en aquellas décadas… les resulta indiferente qué piensan las masas de la <<calidad de vida>> que se les ha asignado”.
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