Jubileo 2025: Llevar esperanza a donde se ha perdido
Ya se sabía y sólo se esperaba la confirmación oficial. Nadie en realidad, aceptaba la versión que se quería “sembrar” como respuesta. El problema ahora es que la descomposición de la policía federal deja parado no sólo a un gobierno. La situación ahora es que, se acepte o no, México es motivo de burla internacional.
Felipe Calderón le entregó a Genaro García Luna un poder absoluto. Sometió a su autoridad a todas las instituciones de seguridad en el país. Había un rumbo único y García Luna lo marcaba.
Resistió los ridículos de los “montajes” y se impuso lo mismo a la marina que al ejército. La Procuraduría General de la República fue convertida es una dependencia más en poder del titular de la Secretaría de Seguridad Pública.
Llegó el asunto de Florence Cassez. El escándalo no podía ser mayor. Desgaste internacional y pérdida acelerada de la credibilidad hacia el interior. Pero nada importó. Todo se mantuvo como se había diseñado. Los que protestaban fueron colocados en la “línea de los enemigos” o de los “amigos de de la delincuencia”
García Luna se mantenía como intocable. Resistente a todas las críticas y a pesar de todo, fuera del alcance de cualquier investigación. Cuando la Suprema Corte mostró las incongruencias y la facilidad con la que se habían violado derechos y manipulado pruebas, se dejó caer el peso del poder y los votos finalmente, fueron en favor de la PF.
Llegó entonces el caso de la balacera en el aeropuerto internacional de la Ciudad de México. Policías contra policías. Otra vez explicaciones manipuladas, medias verdades y enormes omisiones. Y se dijo todo lo que se quería decir, pero nunca la verdad. Los policías habían peleado entre sí por el botín proveniente de la delincuencia organizada.
Tiempo para esperar que todo se enfriara. Tiempo en espera de que la sociedad se olvidara de las cosas y dejara de hacer preguntas incómodas. Tiempo para que el nuevo gobierno llamara a los altos mandos de hoy. O al menos eso se quería.
Pero las condiciones no respondieron a los planes. La realidad de la descomposición de la policía federal es ya inocultable. Lo sucedido en Tres Marías es ya la demostración de lo mal que están las cosas.
Un ataque contra un vehículo blindado con dos estadounidenses, que podrían trabajar para la CIA, y un marino mexicano. Un ataque en toda forma, con armas de alto poder y ahora de acuerdo a la PGR, con plena intención de asesinar a los tripulantes.
Si se recuerda el hecho, se tendrá presente como, desde el alto mando de la PF, se trató de desvirtuar lo sucedido. Se manejaron toda clase de argumentos para justificar el ataque. Se quería crear el ambiente para dar vida a una “confusión”.
Pero ahora, el fallo de la PGR y la consignación de 14 elementos deja ver el tamaño del problema. Y si la investigación llega al fondo, lo que tendremos en las manos es un nuevo ridículo internacional, la evidencia del fracaso del gobierno de Felipe Calderón y la corrupción de una institución que se nos quiso vender como lo mejor de lo mejor.
Ya sabemos que ello no es cierto. Ya sabemos que algo está decididamente podrido. Falta saber sin embargo, qué tan a fondo se quiere llegar en todo esto. Qué tan cierta es la idea de combatir a la corrupción y a la delincuencia.
Genaro García Luna y la PF están acabados. Lo que no se sabe por el momento, es si habrá soluciones de fondo o si todo terminará con los consignados que, a final de cuentas y todos lo sabemos, no pasan de ser sólo, la parte más sencilla del problema.
QMX/nda