LA COSTUMBRE DEL PODER: Beltrones, la sensatez

05 de noviembre de 2012
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11:04
Gregorio Ortega

La reforma laboral tal como está, esconde las pifias del sexenio del empleo, no beneficia a la nación. El gobierno debe transparentar monto de cuotas sindicales que entrega.

El desaseo político presidencial al proponer tamaña reforma laboral, tiene un único objetivo: esconder las pifias del prometido sexenio del empleo, tal como lo explica mi Demonio de Sócrates, desesperado ya porque los mexicanos de a pie parecemos ignorantes.

Eso de la transparencia sindical -dice él- es un obsoleto juego de espejos para esconder la opacidad y las complicidades originadas e instrumentadas desde el Poder Ejecutivo.

Es legalmente absurdo pretender que se haga del dominio público la manera en que los sindicatos desperdician o invierten con prudencia las cuotas obreras de sus agremiados. Equivaldría a pretender que todos hicieran pública la manera en que se administra el gasto doméstico: ambos casos son del dominio privado.

Sucede lo contrario, explica, cuando las cuotas obreras tienen un claro origen tributario, fiscal, hacendario. Todo trabajador -sea apartado A o apartado B- cuya aportación para el funcionamiento del sindicato y la defensa de sus intereses por esa vías, es por angas o mangas empleado público, por estar contratado en el gobierno federal, en alguna empresa paraestatal, en universidades cuyo presupuesto es gubernamental, es pagado por los mexicanos que cumplen puntualmente con sus obligaciones fiscales, por consiguiente, el ejercicio de ese dinero puede y debe transparentarse.

Pero el primero que ha de transparentar ese gasto, es el patrón: Hacienda debe informar, mes a mes, del monto de las cuotas sindicales que pone en manos del SNTE, para saber de las cantidades de las que se habla, y de esa manera la sociedad pueda exigir, legalmente, que le expliquen cómo se ejercen contablemente esos ingresos; lo mismo ocurre con Pemex o la UNAM, por mencionar a algunos.

Además, pregunta mi Demonio de Sócrates: ¿Qué es una iniciativa preferente? No es la tabla de la Ley, no es voluntad divina, no tiene las características dogmáticas de la infalibilidad. A dicha iniciativa se le analiza, modifica y aprueba, si es benéfica para la nación, la patria, o se le rechaza si significa profundizar en la humillación de la sociedad.

De allí que se deba resaltar el hecho de que el PRI definiera que la minuta del Senado con la reforma laboral devuelta con modificaciones, perdió todo carácter de preferente con la que fue recibida como iniciativa del presidente de la República. Ahora será la Comisión del Trabajo la que definirá los plazos para su revisión y eventual aprobación.

Insistió también en destacar la sensatez del coordinador del PRI en San Lázaro, Manlio Fabio Beltrones, quien explicó cómo y porqué los legisladores se tomarán ahora “el tiempo necesario para sacar una muy buena reforma laboral que le daremos a México, que garantice la estabilidad laboral tanto para trabajadores como empresarios. El presidente Enrique Peña Nieto tendrá una reforma que modernice al país, pero que salvaguarde también la defensa de los derechos de la clase trabajadora”.

La alternancia 2000-2012 se esforzó por hacer de México una teocracia presidencial. No lo es.

QMX/gom

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