Teléfono rojo
Todo empezó con una legítima pretensión económica; me ofertaron un paquete de servicios que abarcaba Ordenador y teléfonos, fijo y móvil, incluyendo en este último un aparato avanzado, pantalla táctil y prestaciones increíbles, una especie de ordenador de bolsillo…
Resulta que el precio de esta propuesta era menos de la mitad de lo que estaba pagando, sumando las respectivas facturas…
Llega en pocos días un transportista con el modem, el corazón del invento, ahí empezó la aventura que voy a tratar de contarte; para mi representó, representa pues la batallita no termina nunca, una experiencia alucinante, una incursión cerca de los límites…
Mi sistema anterior había de ser desconectado – tenía fibra óptica, potencia que no usaba nunca – y debía aplicar los cables correspondientes al nuevo formato, un caos indescriptible de conexiones que había que colocar en sus sitios…
Bueno, después de una serie de intentos fallidos, por fin parece que el ordenador, al menos, ha quedado operativo; precio a este pequeño éxito parcial: el teléfono fijo ha quedado muerto…
El móvil nuevo lo uso, aún sin enlaces con el renovado sistema, es decir sin acceso a las ventajas vía ordenador
Me voy a comer para celebrar este primer esfuerzo de arranque.
Ya por la tarde inicio una etapa que me quedará gravada siempre en mi mente, como una batalla contra molinos de viento invisibles, múltiples sensaciones entrelazadas, sucesivas, avances, desaparecen las señales, otra vez a empezar, angustia, reapariciones milagrosas, desesperación, intima alegría, de nuevo el cartel rechazando el camino…
Se trata de establecer el circuito para que funcione todo, instrucciones telefónicas, irritantes discos interpuestos, aparente solución, algo sucede, volvemos para atrás…; innumerables llamadas de auxilio, al fin viene un técnico de telefónica, un contactor podría estar defectuoso, le sugiero tímidamente…, pruebas. “No, resulta que es el Modem – la esencia de mi complejo comunicador – debe estar mal, nunca me había pasado”, me dice el amable técnico. Pide permiso y me coloca uno nuevo. Vuelta a las conexiones…¡¡ milagro !! , ahora funciona todo, mi teléfono fijo acaba de resucitar.
Estoy agotado, he vivido en un corto periodo de tiempo, unos días, un cúmulo de fuertes sensaciones, con todas los matices imaginables, un castigo a mi estilo de razonamientos ingenieriles, promoción 1.966, aquí no se explica nada, se aprietan unas teclas u otras, se cambian los destinos de ciertos cables, se tantea continuamente, sin miedo…y de pronto todo se ilumina, no hay nada que entender.
Después de esta sangrienta batalla, tu percepción de la vida cambia, ahora esta pende del flujo de ondas que circulan por los innumerables cables, en la atmósfera…y se aglutinan y potencias en determinados nudos, de los que parten las ordenes que hacen mover todo el circo…
No, no acaba aquí la crónica bélica. Debía conectar mi nuevo, para mi revolucionario móvil, al puente de mando de mi ordenador, para disfrutar sus avanzadas potencialidades…
Me van indicando telefónicamente los pasos, hay que incorporar una clave, inscrita en la base de mi modem, a un lugar determinado en la pantalla de mi móvil; resulta que esta llave es una combinación de letras, mayúsculas y minúsculas, con números, hasta 20 caracteres. Un error y el edificio se va al suelo, lo intento mas de 15 veces, atención máxima, una pesadilla, imposible…, llamadas de apoyo, estoy en un callejón sin salida. En el ultimo intento repito, con la paciente apoyadora al teléfono, la clave: A3cyhB8Wm0j4…, le voy diciendo, W mayúscula, m minúscula, O mayúscula, me interrumpe inmediatamente, no hay O mayúscula, es cero 0.
Así que vuelvo al potro de tortura con esta corrección, sale ahora todo perfecto ¡¡¡ no me lo puedo creer !!! , está incorporado mi móvil al complejo de comunicación, a mi me parece, mas complicado que puede existir en el Universo…
He vivido la sucesiva ola de tensiones, alegrías, frustración, éxitos, desamparo…, ha sido demasiado. Una última, penúltima operación, quiero cambiar la ubicación de mi computadora, para dejarla con su mesa soporte, cerca de la toma telefónica, una vez desechada la Fibra Óptica; aprovecho para cambiar muebles, de vez en cuando lo hago, siento así mi departamento como un lugar nuevo, maravillosamente joven, empezando una aventura inédita…
Me ayuda un matrimonio joven, encantadores, expertos en estas tecnologías. Con máximo cuidado desconectamos elementos y cambiando posiciones, ya va quedando, el mar de cables que hemos reposicionado, me recuerda las ecuaciones diferenciales de alta graduación, complicados mecanismos matemáticos de las épocas estudiantiles…
Ya está…, ¡¡ No !!. Se ha desconectado el teléfono fijo, algo similar a lo que me había sucedido al principio de la contienda, me invade una fuerte angustia, no puede ser, no, ahora no; mis amigos se emplean a fondo, repaso conexiones, comunicados telefónicos con técnicos, intentos múltiples, aparece un tramo de cable que faltaba…¡¡ Ya está !!, otra vez todo queda en orden.
Desayuno con mis amigos, estoy feliz, alegría intima, indescriptible. Excursión en solitario por los montes, sensación rara, he vivido demasiadas secuencias inexplicables, fuera de mis circuitos neuronales consolidados…, he de ir asimilando la situación.
Me levanto por la mañana, he quedado en tomar café con unos amigos, llamo por el móvil, imposible, está bloqueado, intentos diversos, no puede ser, no me puede pasar a mi toda esta pesadilla; casualmente la tienda Movistar, donde compré el teléfono, está abierta, la Srta examina mi artefacto, ¡que raro!, dictamina…, mueve teclas, prueba cosas, apaga, enciende y ¡¡¡ funciona !!!. Ya está me dice triunfante. Por favor, le suplico humildemente, angustia en mis palabras,¿me puede decir que ha sucedido en mi móvil, que ahora funciona?. Cualquier cosa, me responde impaciente, ya lo tiene listo, no se preocupe…
Salí de la tienda. Un nuevo estilo de entender la vida había aparecido en mi horizonte próximo…; ya no tendré nunca certezas matemáticas, explicaciones técnicas rigurosas…, acabo de entrar en el mundo de la Cuántica, no como compleja teoría de lo diminuto, sino como una inquietante experimentación práctica, logros maravillosos, increíbles, altas probabilidades de éxito, fracasos posibles, baja probabilidad, asumibles…
Es lo que hay.
Debo acoplar mis mecanismos interiores a esta nueva cima que acabo de pisar, después de un enorme esfuerzo mental, emocional…, desconcertante; he sufrido estas secuencias con intensidad… y he disfrutado nuevos aromas, efímeros, intermitentes, mejorables a cada paso…, amplitud grandiosa, inquietudes rondando siempre por los jardines.
Abro esta nueva etapa cuando me restan 9 días para cumplir 74 años, un cierto vértigo puede ser explicable. Estoy en la estación, saboreando café, tostada con mantequilla, el tren está por arrancar, desconozco totalmente las sucesivas etapas del viaje…
Me siento ahora razonablemente fuerte, absolutamente vulnerable, armonía de fondo entre estas dos flechas que creía contradictorias.
Sorprendentemente renovado…
QMX/cgr