A DOS PUNTAS: Seguros de la victoria…

02 de noviembre de 2012
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10:41
José Carreño

Washington D.C.- Este podría ser “el momento Peje” para los contendientes en las elecciones presidenciales estadounidenses.

Es el momento en que las encuestas de los dos bandos anuncian lo que los partidarios en ambos lados desean oír, cada uno quiere saber que tiene ventaja sobre el otro, cada uno está ahora razonablemente seguro de que está en vísperas de ganar la presidencia de los Estados Unidos.

Pero al igual que en México, esta elección solo puede tener un ganador legal. Segundos lugares no cuentan, las victorias honoríficas carecen de significado. El ganador, aquí, será quien la noche de martes tenga mas votos en el Colegio Electoral.

Y sí, se pueden hacer todos los argumentos que se quiera incluso, con razón, que el Colegio Electoral -pensado para principios de siglo 19- es una reliquia de otro tiempo que ya no tiene nada que hacer en la era moderna de encuestas de salida y comunicaciones instantáneas.

Pero la realidad es también que el sistema electoral permite que el voto popular sea uno y el electoral el otro. Y ya ha ocurridfo: recordemos por ejemplo el caso del demócrata Al Gore en 2000, cuando una decisión de la Suprema Corte de Justicia para reconocer los cuestionados resultados de Florida entregó los 25 votos electorales de este estado a George W. Bush.

Qué hubiera pasado en México en una situación así no lo sé. Igual nada. O todo. En Estados Unidos Al Gore y los demócratas se tragaron el coraje y se fueran a casa. George W. Bush fue a la Casa Blanca y la historia fue otra…

Hoy los estadounidenses enfrentan una alternativa tan brutal como aquella, con la diferencia de que entonces no lo sabían bien a bien. Simplemente sabían que el país estaba bien, tranquilo y podían darse el lujo de quejarse de las manías de Gore y las impropiedades del presidente Bill Clinton.

Esta vez tienen que elegir entre alguien que para bien o para mal labora por sacarlos de la bronca en que los dejó Bush o alguien que promete un cielo rosa y milagros económicos.

Y las encuestas les dicen lo que quieren oír. Los encuestadores demócratas informan a los demócratas que están en el bando ganador. Las encuestas republicanas aseguran a los republicanos que su lado se encamina a la victoria.

Y a reserva de los resultados del martes y las ansiedades respecto a quien esté en lo cierto, ambos lados podrían cantar aquello de “miénteme mas, que me hace tu maldad feliz…”

 

QMX/jcf

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