A DOS PUNTAS: ¿Sociedad Post-Racial?

Washington.- Uno de los mitos destruídos por la campaña electoral 2012 es que los Estados Unidos habían pasado a ser la nación “post-racial”.

Hace cuatro años, cuando Barack Obama fue electo, pareció un paso extraordinario y definitivo en un país que por tantos años ha desarrollado una lucha tan visible por superar un problema importante en sus percepciones de raza.

Pero las coaliciones políticas que se enfrentan en la campaña electoral 2012 hacen pensar en todo menos en un acuerdo post-racial: minorías étnicas de un lado, blancos del otro.

Por supuesto que la descripción no es cien por ciento precisa. Pero el respaldo para el presidente Barack Obama procede en por lo menos 60 por ciento de minorías: un 95 pc de los negros, un 70 pc de los hispanos.

En contraste, el apoyo a Mitt Romney se basa de manera abrumadora en blancos, tres de cada cinco hombres blancos.

Es como una combinación de Rhodesia, versión 1970, con un serio brote de misoginia.

Una encuesta publicada por el diario “The Washington Post” reveló el fin de semana que los estadounidenses -presumiblemente de raza blanca, por supuesto- tienen una impresion negativa de los negros en un 51 por ciento y de los latinos en un 57 pc.

Eso no es una receta para la tranquilidad, ni mucho menos. Es un anuncio de turbulencias que igual se quedan en lo político-legal, en lo que el autor Andrew Sullivan llama “una guerra civil fría” pero que también podrían reflejarse en otro período como el que afectó a los Estados Unidos en los sesentas, cuando los demócratas impusieron la integración racial.

Hay veces sin embargo que las sociedades se dan cuenta de los peligros y hacen algo para desactivar las bobas de tiempo. La sociedad estadounidenses ha llegado a los extremos -la Guerra Civil es un ejemplo- pero también ha logrado avances importantes por vía judicial y legal.

Y si bien es cierto que ese tipo de avances se presta siempre a debates y cuestionamientos también político-legales, también es correcto que esa es la marca de esta sociedad.

Pero esta vez parecería que gane quien gane, las coaliciones político-electorales opuestas necesitan recrear los amortiguadores y vasos comunicantes que durante un tiempoo ayudaron a esta sociedad.

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