Visión financiera
Ni siquiera los prelados coinciden en opinión, pero la historia y los hechos conceden la razón al obispo Raúl Vera, por sobre Norberto Rivera.
A la luz de la lectura de Charles Dickens y el destino eterno de Oliver Twist, de la postura asumida por León XIII en la encíclica Rerum novarum o “Carta Magna del Trabajo”; con la imagen de los abusos de los líderes sindicales, conscientes de la existencia de sindicatos blancos, de “coyotes” del derecho y los salarios caídos, de la intermediación empresarial para eludir toda responsabilidad laboral, y de la supuesta moral cristiana de los panistas, es oportuno reproducir lo medular de la postura del obispo Raúl Vera, allá en su parroquia de Saltillo, Coahuila.
Es inmoral y hasta criminal lo que se intenta aprobar en las modificaciones a la Ley Federal del Trabajo, pues se están abriendo las puertas a la injusticia en la contratación laboral, eliminando los límites a las horas de trabajo, para no pagar horas extras; permitiendo la contratación por horas, para no permitir hacer derechos de antigüedad; facilitando al patrón el despido de los trabajadores, sin derecho a defenderse, porque desaparecen los contratos de planta, solamente habrá contratos temporales; impidiendo la democratización de los sindicatos para anular los derechos laborales que deben ser custodiados por verdaderos sindicatos…
Otro mal que trae consigo esta pretendida Reforma es que está admitiendo la subcontratación sin poner ningún control, esto por medio del outsourcing. También esto lleva consigo anular la posibilidad de la filiación sindical, de negar el derecho de antigüedad y manipular de una manera más fácil la negación a la seguridad social. También la subcontratación facilita a las empresas el camino para negar las condiciones seguras, adecuadas y humanas que llevar consigo un trabajo digno. De la Ley Federal del Trabajo desaparece el capítulo referente a enfermedades y riesgos profesionales.
Con estas reformas a la Ley Federal del Trabajo, se propicia una inestabilidad tremenda para los trabajadores, a quienes se les arrebata el derecho que tienen a un trabajo estable. Los trabajadores solamente tendrán derecho a contratarse temporalmente, y tendrán derecho a ser recontratados si mantiene un determinado nivel de productividad, pero siempre a base de contratos temporales. Todo este esfuerzo de parte del trabajador para mantenerse en un trabajo aceptando trabajar más tiempo, pone en riesgo su salud, y aumenta los riesgos de accidentes de trabajo por cansancio.
Todas estas modificaciones van dirigidas -según dicen los empresarios y los legisladores, con el apoyo de los sindicatos inmorales- a garantizar la productividad.
Todo esto abarata los costos en la producción y permite mayor ganancia a quien produce. Por ello la productividad que tanto pregonan, tiene como objetivo principal el disfrute de ganancias pingües para los accionistas y los dueños de las empresas. A los trabajadores se les prepara una esclavitud peor de la que ya están padeciendo, trabajar cada vez más horas, por menos dinero.
¿Ganando productividad, mediante la anulación de la persona humana, esperan detener la violencia y la criminalidad en el país? Con esta reforma a la Ley Federal del Trabajo están preparando una situación peor para nosotros. Gran parte de la violencia que vivimos se la debemos a este disparate que provocan las políticas públicas y las de los empresarios, que es la desigualdad descomunal que crece cada día, donde cada vez más pocas personas se hacen millonarias, y cada vez se convierten en miserables, más millones de personas.
Si contrastamos con la posición de otros prelados, los fieles, los auténticos panistas, los empresarios conscientes de que la globalización no es sino el regreso de la internacionalización del siglo XIX, cuyo riesgo es la depresión que conduce a la confrontación bélica para resolver un conflicto económico y de bienestar social, podrá comprenderse el brete en que se encuentra el regreso del PRI al poder.
Habría que escuchar, con ojos y oídos muy abiertos, lo escrito por Tony Judt antes de fallecer, leerlo en voz alta: “… La historia del siglo XX ofrece abundantes pruebas de que, aun en las democracias saludables, las decisiones políticas equivocadas suelen desbaratar los cálculos económicos racionales”.
Es el momento de abrir las perspectivas del futuro que, éste sí, es eterno.
**Elba Esther Gordillo como la Gorgona original, primigenia, única antes de triplicarse. Dice que no será sirvienta de nadie, lo que evoca su relación con Jonguitud Barrios y el origen fiscal de las cuotas sindicales que ella administra como de su privanza. Es en esos sindicatos como el de maestros, de los trabajadores de los organismos gubernamentales, universitarios, en los que debe transparentarse el uso y abuso de las cuotas sindicales, pues éstas tienen un origen claramente tributario, al que contribuyen todos los que pagan impuestos. Debe la sociedad saber en qué se gastan las recaudaciones fiscales que se transfieren a las arcas del SUTERM, del sindicato cuya franquicia se escrituró a Romero Deschamps, el de los trabajadores del IMSS, por mencionar a los más conocidos por su corrupción. Y claro que Martín Esparza administra dinero cuyo origen estuvo en Hacienda.
QMX/gom