Navidad y tinieblas
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Un puñado de abnegadas y valientes mujeres veracruzanas ha puesto todo su empeño, aún a costa de su seguridad, para ayudar en su travesía a los cientos de miles migrantes centroamericanos que viajan a bordo de los trenes de carga que vienen desde Chiapas, pasan por Oaxaca, Veracruz y llegan hasta Lechería, en el Estado de México.
Les llaman “Las Patronas” y es todo un espectáculo ver correr a las más jóvenes al parejo del tren para dar comida, agua y algo de ropa a los migrantes, que colgados de los trenes, agarran lo que pueden para mitigar el hambre y la sed.
El grupo, encabezado por Norma Romero, Leonila Vázquez, Bernarda Romero, Fabiola González, Carla María Aguilar, Julia Ramírez, Rosa Romero, Guadalupe González, María Antonia Romero, realiza su labor sin esperar nada a cambio.
Nadie sabe con exactitud cuando comenzaron su altruista labor, pero su empeño ha comenzado a llamar la atención de propios y extraños.
Para colgarse la medalla, un grupo de diputadas veracruzanas visitaron a “Las patronas” en el municipio de Amatlán de los Reyes, y les entregaron, para la foto, una remesa de leche, atún, café, papel higiénico, dulces, galletas, jabones, toallas sanitarias, pasta dental, que servirá de poco, pero se agradece el gesto para ayudar a los migrantes en tránsito.
Las legisladoras Brenda Abigail Reyes Aguirre, presidenta de la Comisión Permanente de Derechos Humanos del Congreso Local, y Paulina Muguira Marenco, recibieron también al grupo de 38 mujeres que integran la Caravana “Madres Centroamericanas en busca de sus hijos desaparecidos en tránsito por México”.
Ellas vienen desde Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua que hicieron escala en Amatlán para descansar.
“Las Patronas”, fieles a su apostolado, las recibieron, las atendieron y las orientaron para que logren su propósito.
¡Bien por las valientes veracruzanas!
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La velocista
Y ya que andamos en temas de migrantes, la presidenta de esa comisión en el Senado de la República, la plurinominal Ana Gabriela Guevara, fiel a su condición de velocista, más rauda que veloz emitió una declaración que a la letra dice:
Soy nativa de la ciudad de Nogales, y han sido muchos los decesos, han sido miles las mujeres, niños y hombres que han perdido la vida en el intento de cruzar la frontera, algunos en Estados Unidos y otros en nuestro propio país.
Y la pregunta que hago es ¿hasta cuándo? ¿Hasta cuándo vamos hacer valer nuestras reglas, nuestras leyes y cuidar nuestra soberanía?
Estamos hablando de vidas. Más allá de los acuerdos lo importante aquí es darle sentido a la vida.
Buen principio de la Senadora, un revés a quienes hemos cuestionado si su papel en esa Comisión fructificará o sólo será un membrete más.
Estaremos pendientes.
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Las comisiones
Finalmente concluyó el reparto del pastel… perdón, de las comisiones legislativas, que como aquí hemos dicho hasta el cansancio, significan poder, dinero y tráfico de influencias.
Los diputados se reparten el dinero a raudales sin rendirle cuentas a nadie, más que a sus bolsillos.
Es un agandalle, una desvergüenza, una inmoralidad, aunque ellos lo justifiquen a su conveniencia y le den visos de legalidad.
El reparto quedó así: el PRI presidirá 23; el PAN, 13; el PRD, 11; PVEM, 3; Movimiento Ciudadano 2; PT, 2 y Nueva Alianza, 1.
Para justificarse dicen que el criterio de proporcionalidad entre los grupos parlamentarios para la integración de las comisiones surge de valorar el número de sus integrantes en el momento de la instalación de la Legislatura y no en el de su evolución. ¡Ajá!
Los diputados son el sector de la actividad pública más desprestigiados y repudiados por la población. Lo peor es que les vale y se empeñan en hacer y decir cosas sin recato.
Allá ellos y su loquita cabeza
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Nos leemos el viernes
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