Libros de ayer y hoy
Yo como digo una cosa, digo otra, solía repetir con insistencia aquel personaje de comedia televisiva que encarnaba la actriz Florinda Meza. Con ello justificaba las excesivas contradicciones en que caía cada vez que abría la boca.
La frase se volvió lugar común y de tan popular ahora es referente cada vez que alguien se comporta de esa manera.
En esas entrampadas contradicciones comunicacionales y pifias se encuentran ahora el Gobierno Federal y el de Coahuila con el caso del cadáver desaparecido del que se supone es Heriberto Lazcano Lazcano, El Lazca, fundador de Los Zetas, y que ahora buscan afanosamente.
Sólo en un país como México pasan esas cosas que suenan a tragicomedia. Que policías federales, estatales, del FBI y la DEA, anden ahora ¡en busca de un cadáver! es de risa loca.
Hablamos aquí, a principios de septiembre pasado, del fracaso comunicacional del gobierno de Felipe Calderón, responsabilidad que tuvo el ahora diputado federal plurinominal por el PAN, el ex baterista del grupo Timbiriche, Maximiliano Cortázar, Max como le dicen quienes bien lo quieren.
Desde la comodidad de su entonces poderosa oficina en Los Pinos, puso y quitó a cuanto comunicador de las dependencias federales quiso. La mayoría de los beneficiados fueron sus amigos, como lo fueron los principales secretarios y secretarias de Estado. No importaron capacidades o trayectorias, lo importante fue que eran amigos de Calderón y compañía.
Fue un gobierno de amigotes, y ahí están los resultados. Digan lo que digan, nadie les cree. La lucha, guerra, combate o como quieran llamarle, en contra del crimen organizado, fue un fracaso en su operación y peor en su comunicación.
Nunca permearon las verdaderas motivaciones por las cuales Calderón le dio el escobazo al avispero sin estar debidamente protegidos. Fue tanto como subirse a la cuerda floja sin red de protección, o estarle rascando los desos al tigre creyendo que era un lindo gatito.
Aunque de verdad hayan caído El Lazca, La Ardilla, La Barbie, El Coronel, El Coss y demás fauna, nadie les cree, pues el narcotráfico, la violencia, la trata, los secuestros, la extorsión, continúan.
Estamos como al principio del sexenio. Hay la sensación de que el esfuerzo no sirvió de nada.
Mientras tanto, los acordes de Las Golondrinas ya comienzan a escucharse por el Bosque de Chapultepec.
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Senadora despistada
La ex velocista y ahora flamante senadora plurinominal (por dedazo) del Partido del Trabajo, Ana Gabriela Guevara, fue nombrada presidenta de la Comisión de Migración, tema que seguramente no sabe ni con qué se come.
Uno pensaría que al menos le hubieran dado la de deportes, que es algo, suponemos, que si sabe o conoce.
Pero veleidosos que son los senadores, mandan a la ex reina de las pistas a una comisión que no hay explicación lógica para que esté ahí.
Ya veremos el papelazo que hará, como cuando confundió la Cámara de Senadores con la de Diputados, hasta donde llegó a rendir protesta y no la dejaron entrar, porque de ahí no era, le dijeron los vigilantes.
Días antes había sido vista por los rumbos de San Lázaro, en su auto deportivo Smart color café, tratando de ingresar a donde no debía.
Su confusión mental ya era desde endenantes, pues.
Sin embargo, alguien que sí estará en consonancia con los designios de sus patrones, es el senador priista, también plurinominal, Carlos Romero Deschamps, pues presidirá la Comisión de Energía.
Esta Comisión, que encabezará el también líder del sindicato petrolero, es la que se encargará de dictaminar la iniciativa de Reforma Energética que enviará próximamente el para entonces Presidente de la República, Enrique Peña Nieto.
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NdelaR:
Insistimos mucho en lo de plurinominales porque son legisladores designados por dedazo, nadie vota por ellos. Bueno sí, votan por ellos sus patrones, quienes sí los mandan.
En el caso de Max Cortázar está ahí porque lo quiso Felipe Calderón.
Ana Gabriela Guevara llegó ahí porque lo quiso Andrés Manuel López Obrador.
Ella y Manuel Bartlett fueron incluidos voluntariamente a wilson por presiones de AMLO para concederles el honor de ser su candidato presidencial.
En el camino fueron sacrificados conocidos cuadros del PT con tal de ceder a los caprichos de López Obrador.
En el caso de Carlos Romero Deschamps, llegó ahí porque lo quiso Peña Nieto, por aquello del pago de facturas por el apoyo recibido. Si no, ¿cómo?
Aquí aplica bien aquel dicho favorito de mi pueblo:
El que a buen árbol se arrima, mejor jálale la cade…
Ah no, así no va. ¿Cómo era?
Le vamos a preguntar al Chavo del Ocho.
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Nos leemos el lunes
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QUADRATINAZOS… El efecto Chimoltrufia – Al Momento Noticias.