ENQUADRE: De héroes y criminales

11 de octubre de 2012
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Ricardo Andonaegui

La presunta muerte de Heriberto Lazcano  “El Lazca”, líder de los “Zetas” y la desaparición de su cadáver, ha tenido un fuerte impacto social. Medios de Información nacionales y extranjeros (radio y televisión) destacaron la noticia como la más importante y se mantiene en las primeras planas de los diarios. Que decir de las redes sociales en donde se debate si fue un criminal o un héroe.

El público no termina de convencerse de la versión gubernamental de que uno de los máximos líderes del narcotráfico solo era custodiado por dos personas; de que manejaba un bajo perfil para no ser identificado; y que no coinciden algunos datos de identificación entre el cadáver y la ficha que tiene de “El Lazca”, la agencia norteamericana antidrogas (DEA).

Lo cierto es que a unos días de la supuesta muerte del líder de los Zetas, éste ya es una leyenda en la subcultura del crimen organizado. Ya sea calificado como un despiadado criminal, un enemigo de la sociedad o un benefactor.

Así lo dice su corrido, “El Verdugo Z3”.

Frontera tamaulipeca,

Aquí les traigo el corrido

El hombre es el señor,

Se lo tiene muy merecido

Es un hombre de mucha ley

Eso esta reconocido

Les voy a hablar de la persona

Pero con justa razón

La grandeza y la humildad

La lleva en el corazón

Junto con su inteligencia

Hace temblar la nación.

La subcultura del narcotráfico continúa al alza. Es un fenómeno social que lejos de representar a la muerte en sus diversas manifestaciones,  construye héroes populares.

Ya es común que en algunos estratos sociales se vea al crimen organizado y al narcotráfico como alternativas ante la falta de perspectivas de desarrollo educativo, personal, familiar, social y laboral.

La forma de vestir, la difusión masiva de narcocorridos, las narco películas, las hazañas narradas en las redes sociales y la continua aparición de páginas dedicadas a las acciones violentas de los grupos criminales, son caldo de cultivo para que muchas personas, en especial jóvenes se sumen a las filas del crimen organizado.

Al igual que Joaquín “El Chapo Guzmán” Guzmán Loera; Juan José “El Azul” Esparragoza Moreno; Amado “El Señor de los Cielos” Carrillo Fuentes; Rafael Caro Quintero y muchos más, Heriberto “El Lazca” Lazcano, se ha convertido en una leyenda más.

Algo se tiene que hacer. No es posible que peligrosos delincuentes se conviertan en héroes populares. La lucha contra el narcotráfico no sólo esta en los operativos armados, también hay que desarrollar una estrategia en los ámbitos social y cultural donde los valores han sido trastocados por la manipulación mediática del crimen organizado.

 

QMEX/rha/mgd

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