Libros de ayer y hoy
La violenta escena llenó de rabia e impotencia a los pocos testigos presentes.
Un grupo de cinco salvajes, ¡bestias!, por llamarlos de alguna forma, golpeaban de manera inmisericorde a tres inmigrantes centroamericanos, dos guatemaltecos y un salvadoreño, por la “grave” ofensa de estar molestando con pedir para comer a quienes pasaban con sus vehículos en un cruce del ferrocarril y una carretera vecinal entre Orizaba y Córdoba, Veracruz.
Los migrantes, acompañados de una joven mujer y su bebé, que lloraban en silencio, esperaban el paso del tren que los llevaría a Lechería, Estado de México, para buscar refugio en la Casa del Migrante, sin saber que otros estúpidos ya habían logrado que fuera clausurada.
Estaban en tierras veracruzanas obligados por el hambre y la necesidad.
¿Qué cuándo sucedió? Eso es lo de menos.
Es un hecho tan frecuente, tan abominable, que debiera darnos vergüenza a todos, sociedad y gobierno.
Damos a los centroamericanos un trato igual o peor del que les dan a nuestros paisanos los patrulleros fronterizos gringos.
Allá hasta los matan y los agentes no reciben ningún castigo.
Más bien les aplauden.
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Verdadero apostolado
Por eso es que los esfuerzos del Padre Alejandro Solalinde, quien ha procurado y velado por esos migrantes, es más que encomiable. Su defensa por esos desvalidos lo ha llevado a exponer su vida, desafiando a los gobiernos municipales, estales y federal.
Son tan imbéciles los llamados agentes del Instituto Nacional de Migración, que hasta ellos mismos desconocen las nuevas medidas en favor de los migrantes y hasta han perseguido al Padre Solalinde tratando de fincarle delitos por su labor pastoral.
Nada menos ayer el cura, la hermana Leticia Gutiérrez Valderrama, del Consejo legal de la Pastoral, así como del encargado de la Promoción Humana, Axel García Caballar, se reunieron con el titular de la Coordinación de Asuntos Migratorios del equipo de Transición, Arnulfo Valdivia, quien les recordó que para el presidente electo es fundamental el funcionamiento de la Comisión Nacional Anticorrupción, que incidirá eficazmente en el combate a este problema al interior del Instituto Nacional de Migración.
Convivencia, respeto y tolerancia serán los rubros fundamentales que impulsará el gobierno del presidente electo Enrique Peña Nieto, para salvaguardar la vida de los migrantes y los derechos de los mexicanos que se sienten afectados, comentó el representante del próximo gobierno federal.
Solalinde y sus acompañantes fueron escuchados por Arnulfo Valdivia Machuca y Claudia Ruiz Massieu, a quienes pidieron terminar con abusos, maltrato, extorsión, secuestro y trata de migrantes. “Es lamentable que algunos agentes de Migración ni siquiera conocen las nuevas disposiciones en la materia”, denunciaron.
Para el presidente electo, afirmó Valdivia Machuca, es una prioridad la atención a los migrantes y sus familias, la protección a los derechos de los mexicanos en el exterior. “Para ello, se revisarán las legislaciones existentes y se complementarán y perfeccionarán las leyes de carácter migratorio en México”.
Que así sea.
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Derechos Humanos
A propósito de este tema, en nuestro país tenemos a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, que preside Raúl Plascencia Villanueva, para quien es fundamental brindar apoyo a los migrantes mexicanos que deciden salir del país en busca de mejores oportunidades.
Mediante un comunicado nos platican que situaciones como la pobreza, la falta de empleo, o, a últimas fechas, la violencia, han propiciado que muchos mexicanos tomen esa decisión que implica, además, dejar atrás su hogar, su familia y su entorno de protección, para enfrentarse a culturas y lenguas distintas.
Datos oficiales indican que el número de mexicanos repatriados desde Estados Unidos, fue, de enero a agosto de este año, de 262 mil 343; 68 por ciento de ellos fueron deportados por Baja California y Tamaulipas.
Los estados que más expulsan migrantes son Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Estado de México y Puebla.
Los consulados mexicanos deben brindar asesoría y apoyo legal, de no ser así, el migrante o un representante puede presentar una queja en los teléfonos gratuitos, desde México, 01800 715 2000 y desde Estados Unidos, 1888 889 70 80 o en la página electrónica www.cndh.org.mx.
Vienen otros tiempos, esperemos que las cosas cambien, para bien.
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Nos leemos el viernes
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QUADRATINAZOS… Migrantes, la vergüenza – Al Momento Noticias.