Teléfono rojo
El consejo general del IFE discutió y autorizó la incineración de las boletas, actas y toda la documentación de las elecciones del 2006, que seguramente están, no solo amarillentas sino enmohecidas o semidestruidas, pero que han sido celosamente resguardadas para satisfacción y contento de quienes creen todavía que se cometió un fraude en las urnas.
En diversas ciudades de todos los estados de la república, de acuerdo a cada instituto local electoral, existen bodegas y personal del ejército resguardando eso que, para muchos, es basura desde hace buen tiempo.
El cálculo superficial de este trabajo de preservación de papel de desecho, se estima en 550 millones de pesos que, por supuesto, el país no esta para gastar, aparte de sueldos, prestaciones y gastos del Ejército Mexicano asignado a esa vigilancia.
Estos recursos pudieron emplearse en otros rubros más urgentes, con mayor utilidad, que guardar el testimonio de una elección oportunamente calificada y que, incluso, el principal protagonista, Felipe Calderón, esta por concluir el mandato “haiga sido como haiga sido”.
Lo que pudo haberse hecho en salud, educación, obra pública, es más que el desperdicio de esos recursos. Hubiera alcanzado, por ejemplo, para financiar la administración de riesgos del Fideicomiso Integrador en Relación con la Agricultura (FIRA).
También, hubiera alcanzado para los programas para la superación de la pobreza en Baja California Sur; o también para electrificación en el 100 por ciento de los hogares del estado; el Fondo de Vivienda Popular, con 20 mil acciones para casa-habitación; salud, educación y alimentación de las 18 mil familias beneficiarias de Oportunidades; 12 mil 500 becas para niños y jóvenes de este programa.
O, si se quiere, para la entrega de apoyos a más de 7 mil adultos mayores; rehabilitación de espacios públicos, que hasta el momento han beneficiado a 303 mil personas; se hubiera atendido a mil 300 niños en 75 Estancias Infantiles, o impulsar el Programa Piso Firme, con 2 mil 500 acciones.
O se hubieran hecho doce proyectos para el fortalecimiento de infraestructura educativa en Jalisco, con la generación de nuevos programas y de nuevas instituciones.
Luego de seis años, el Instituto Federal Electoral, finalmente determinó la destrucción de la papelería.
Con voto unánime el Consejo General del IFE aprobó el proyecto presentado por la Comisión de Capacitación Electoral, por el que se establece la destrucción de las boletas y listas nominales.
El consejero Marco Antonio Baños aseguró que es “falso” que las boletas de las elecciones de 2006 y 2012 sean la evidencia de dos fraudes electorales, por lo que se sumó a la destrucción de las mismas.
En buena hora que no se les haya olvidado a los consejeros que ahí estaba esa basura debidamente resguardada y protegida, mientras en las escuelas y en los hospitales falta hasta lo básico. Es el costo de la democracia… !Viva la democracia!
QMX/am