
De norte a sur
En Veracruz hay muchas historias de cacicazgos, de familias que se entronan en el poder y ¡pa su mecha! Pa sacarlos. Recordemos a los Lagunes, que tuvieron fama, poder y gloria y terminaron convertidos en unos vulgares delincuentes. Por ahí andan también los fieles Herrera, y si no, al tiempo.
Quienes tienen ahora sobre sí los reflectores son los senadores Yunes; Jose Francisco y Héctor son del establo tricolor, y Fernando, que presume hasta el cansancio de ser el senador más joven por sus 30 años, es del PAN y también hijo del cuestionado ex director del ISSSTE, Miguel Ángel Yunes Linares.
Lo del color partidista es lo de menos, finalmente son Yunes, y seguramente en alguno de ellos recaerá la próxima gubernatura de aquel bello y rico estado, pero en donde hay mucha gente pobre.
Gane quien gane, todo quedará en familia, pues hasta donde se sabe, los unen fuertes lazos sanguíneos. Las historias que se cuentan de ellos son de película y las iremos deshilvanando. Hay algunas que rallan en lo espeluznante.
Aquí es donde aplica aquello de que: Entre políticos y familiares podremos despedazarnos, pero jamás nos haremos daño.
Tener una familia así, o ser una familia así. ¡Uta má!
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La rebatinga
Las huestes de las llamadas izquierdas en la Cámara de Diputados más tardaron en sentarse en sus curules que en armar la romería. El pretexto fue la tan llevada y traída reforma a la Ley Laboral, la cual finalmente quedó aprobada, tal y como se esperaba.
Pero como siempre, a falta de argumentos, de inteligencia, de estrategia, viene la violencia y el descrédito. El Poder Legislativo es uno de los más desacreditados ante la sociedad, nadie cree en los senadores ni en los diputados. Mucho menos si vienen en paquete familiar.
El coordinador del Grupo Parlmentario del PRD, Silvano Aureoles quedó en entredicho, las tribus, como apaches mariguanos en pie de guerra, piden su cabeza. ¡Qué se podía esperar! Hasta Martí Batrés demostró que es un cabeza dura.
Ahora el show se trasladará al Senado, en donde se espera que las cosas sean más calmadas, aunque como está de moda que no se respeten los acuerdos, pues la reacción de las izquierdas es de pronóstico reservado.
Lo mejor, dicen algunos, es que en el Senado le den luz verde a la mentada reforma y ya cerrar ese capítulo.
La función debe continuar, si es en familia, mejor…
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La vida indigna
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos afirma que cifras oficiales revelan que en México viven 15.7 millones de indígenas; 52.4 por ciento, se dedican a las labores agropecuarias; la escasa posibilidad de comercializar sus productos limita económica y socialmente su desarrollo personal, familiar y comunal.
Se estima que 58.6 por ciento de indígenas en el país está en edad laboral, es decir, van de los 15 a los 59 años, por lo que es necesario fomentar la igualdad e inclusión así como el pleno respeto de los derechos humanos de este grupo de la población.
En este sentido, la CNDH, mediante el Programa de Promoción y Difusión de los Derechos Humanos de los Pueblos y Comunidades Indígenas llevó a cabo, de enero a julio de este año, 46 visitas a estas poblaciones para realizar 246 actividades de capacitación, distribuyó 68 mil ejemplares impresos como carteles, cartillas y trípticos e impartió cursos, pláticas, conferencias y talleres.
Estimaciones de organismos internacionales indican que alrededor de 370 millones de indígenas, que viven en más de 70 países, enfrentan discriminación laboral; este grupo representa cinco por ciento de la población mundial y 15 por ciento de las personas más pobres del planeta.
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Nos leemos el miércoles
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