Teléfono rojo
No sólo era la sonrisa, sino la actitud gustosa que mostró cuando los gobernadores blanquiazules y Madero, se reunieron con el presidente electo Enrique Peña Nieto, en donde se comprometieron a respaldar las acciones de la próxima administración, sobre todo en materia de empleo y seguridad.
Era tal el gusto del dirigente panista al ver y escuchar a Peña Nieto; que parecía que no cabía en él. Esa exaltación fue tal, que de inmediato remitía a los momentos en los que acompañó a la ex candidata panista Josefina Vázquez Mota, en varios eventos apenas meses atrás.
En aquellos días de campaña, nunca vi en Gustavo Madero una mueca al menos complaciente, ni siquiera cuando se anunció como candidata presidencial de su partido. Aquél día, el discurso del dirigente hablaba de trabajo y respaldo en pro de los trabajos proselitistas para apoyar a la candidata; pero a no ser por las caras de felicidad de Vázquez Mota y sus hijas, todos los otros tenían muecas de funeral.
Para nada convencía la candidatura de la dama panista a Madero, al grado que en plena campaña presidencial, éste anunció que retomaría con mayor ahínco los trabajos legislativos, en donde a decir de él, tenía muchos pendientes.
Qué decir de la cara de Gustavo Madero, en el momento que la candidata con menos del 15% de la votación computada, salió a reconocer “que las tendencias no le favorecían”. En esa ocasión el dirigente del PAN, más que adusto, se mostró contrariado, pero no por los resultados que comentaba la dama; sino por la misma.
Ahora que, sobre todo los gobernadores panista de Morelos, Guanajuato, Sonora, Baja California, Baja California Sur, Jalisco y Puebla afirmaron colaborar con el gobierno peñista y para tal compromiso contaron con el aval de la dirigencia del partido en que militan, de verdad que fue contrastante la felicidad del seños Madero.
Josefina Vázquez Mota se embarcó en una campaña en donde los primeros y mayores obstáculos provinieron de su instituto político. Muchos militantes activos la querían como candidata, pero entre la dirigencia de los azules, no sólo no fue bien vista, sino hasta despreciada.
Con todo y que Josefina atrajo el voto de poco más de 12 millones de electores –dos millones menos que Felipe Calderón en el 2006–, pese a los estragos que esta administración federal panista ha dejado en el país; resulta que se convirtió en la apestada. Más, cuando el todavía habitante de Los Pinos, dijo en el extranjero que se comportó como demócrata pese a que desde su partido le pidieron usar recursos federales para apoyar la campaña de Josefina.
Pero si ahora todos han olvidado a esta dama, no se creen que ella desee estar con ellos. La usaron y aunque humilde, ella era la muñequita del pastel.
Si alguien mañana se pregunta por qué la ex candidata presidencial del PAN no estuvo presente en la celebración del 73 aniversario del propio instituto político, podrían encontrar la respuesta en la cuenta de twitter de Vázquez Mota en la que, a las 15 horas con tres minutos del día de ayer escribió el siguiente mensaje: “Estoy en una favorable recuperación de una cirugía de ojos, por eso no asistiré a la celebración: Muchas felicidades, orgullosamente Panista”.
Aunque también cabe la posibilidad de que con todo y el tuit de Josefina, el comentario no convenza.
QMex/cr