Abanico/Ivette Estrada
Era impensable que su primera salida ya con la constancia bajo el brazo, no fuera a Toluca, desde donde construyó el camino a los Pinos. A Durango lo llevó el reconocimiento a los resultados electorales en ese estado en donde el PRI ganó para convertirse en ejemplo para muchas otras entidades, no solo las que se perdieron.
Otro de los grandes problemas nacionales tiene que ver con la armonización de los gobiernos estatales, máxime cuando peligrosamente se han formado grupos o bloques que, de violarse compromisos y pactos federales, pondrían en riesgo el Pacto de la República, es decir, el federalismo, la base de la nación.
Georgráficamente se ha formado un grupo de gobernadores que triunfaron con las alianzas perredistas: Morenos, con Graco Ramírez; Guerrero con Angel Heladio Aguirre; Oaxaca, con Gabino Cué Monteagudo; y Tabasco, con Arturo Nuñez. Por eso, el comportamiento de los gobernadores priistas es no solo preocupación, sino ocupación del nuevo gobierno, porque ya no se seguirán mandando solos.
El dirigente nacional del PRD, Jesús Zambrano, sostuvo que los gobernadores de la izquierda están obligados por la ley a trabajar institucionalmente con el próximo presidente de México “¿Si no qué hacen, van a balcanizar o llamar a la sublevación de sus estados? Tienen -dijo-, una responsabilidad constitucional y una responsabilidad con sus pueblos y respectivas sociedades, la van a hacer valer y cuentan con nuestro respaldo”.
El hecho de que los gobernadores electos y en funciones reconozcan al presidente electo, de ninguna manera los aleja del PRD y los demás partidos de izquierda.
El presidente electo, al haber sido gobernador conoce bien los usos y los abusos, que sin duda los hay, de sus pares. Sus colaboradores cercanos también saben que no puede mantenerse ese estilo de los gobiernos panistas de mantenerse alejados de los estados “porque son enemigos de otros partidos”. Bien sabe Peña Nieto que al ojo del amo, engorda el caballo y ya sin el lastre en el Distrito Federal, reanudará giras y visitas, asi sea por lo pronto a las oficinas federales.
En Durango, donde fue recibido por el gobernador Jorge Herrera y los candidatos priistas ganadores, reafirmó su compromiso de combatir de raíz la pobreza, ya que es inadmisible que más de la mitad de los mexicanos vivan así. “No debemos dotar a la población marginada de sólo programas asistenciales, sino de establecer nuevos programas sociales, de carácter más participativo que sean para formar y darle oportunidad a las familias de incorporarse al sector productivo y de crecer económicamente”.
Desarrollo y seguridad social son las prioridades pero también la disciplina y el respeto al acuerdo federal.
El próximo presidente esta decidido a vigilar a los gobernadores y por eso estuvo en los estados de México y Durango, muy próximos y cercanos. En el resto de los estados, los gobernadores mas vale pongan sus barbas a remojar, porque s acabó el turismo político-presidencial.
QMex/am