DINTEL: Presidente por todas las leyes

03 de septiembre de 2012
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Abelardo Martín

Hay muchas diferencias: Peña Nieto no es Felipe Calderón, quien ganó (aunque sea por menos de un punto de diferencia) gracias a la campaña que hizo en su favor el entonces presidente de la república en turno, Vicente Fox, quien se ufana ya de haber derrotado en dos ocasiones al candidato perredista, una con Calderón como candidato y la otra con Peña Nieto y el priismo.

Aunque López Obrador promete un rechazo del fallo del Trife “pacífico” y revivir en su persona a Gandhi y la madre Teresa de Calcuta, las huestes ya se preparan para intentar repetir los mismos actos del 2006 aunque sin, ahora, ocupar el Paseo de la Reforma.

En los equipos tanto de Marcelo Ebrard como de Miguel Angel Mancera, ya se habla de “deslindes”, porque saben que el costo en la gobernabilidad del Distrito Federal lo pagarán ellos y la pretensión de López Obrador equivale al suicidio colectivo.

El hecho es que el TEPJF cumplió su tarea y declaró por unanimidad a Enrique Peña Nieto como Presidente Electo para el periodo del 1 de diciembre de 2012 al 30 de noviembre de 2018.

En sesión pública la Sala Superior del TEPJF aprobó la resolución jurisdiccional de Cómputo Final, Calificación de la Elección y declaración de Presidente Electo de los Estados Unidos Mexicanos, bajo el argumento de que los comicios del 1 de julio pasado fueron libres, auténticos y equitativos en términos de la Constitución y conforme a derecho. En los 300 distritos electorales, la coalición Compromiso por México obtuvo un total de 19 millones 158 mil 092 votos. A la coalición Movimiento Progresista correspondieron 15 millones 848 mil 827; el Partido Acción Nacional un total de 12 millones 732 mil 660; Nueva Alianza un millón 146 mil 085 votos; otros candidatos 20 mil 625; anulados un millón 236 mil votos, y la votación total fue de 50 millones 143 mil 616 sufragios.

Esto equivale a que Peña Nieto es no solo presidente electo, sino también que es legal y que es legítimo, como los matrimonios antiguos cuando estaban, como se decía entonces, “bien casados, por todas las leyes”.

Sin embargo habrá que resistir, tolerar y escuchar la estridencia parsimoniosa de López Obrador que amenaza con no terminar nunca.

Ahí están de prueba (como las de risa que presentó a los medios) su dicho que ofende: “no fueron ni limpias, ni libres, ni auténticas”, por ello no va a “reconocer un poder ilegítimo de mafiosos y políticos corruptos cuyo interés es ajeno a los mexicanos”.

“No daremos tregua ni ventaja, aunque nos sigan tildando de locos, malos perdedores”. Conste, es él quien lo dice.

 

QMex/am

 

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