A CONSIDERAR…: Calderón, confrontando a Sonora

27 de agosto de 2012
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9:50
Manuel Espino

Emulando no solo a Calderón, sino también aquél episodio en el que Andrés Manuel López Obrador desobedeció resoluciones expresas de tribunales federales y siguió adelante con las obras del predio El Encino, Padrés se ha salido de las fronteras del Estado de derecho.

Esta actitud ha llevado a históricos líderes del noroeste de México a cuestionar públicamente a Calderón, aun cuando algunos son panistas, afirmando en un comunicado conjunto que “lo que no podrá ocultarse en la historia de México es que el gobernador de Sonora Guillermo Padrés Elías desacató varias resoluciones judiciales con el apoyo y aplauso de usted, señor presidente… podemos calificar como insensato el apoyo que usted le está dando”.

Incluso la Comisión Permanente del Congreso de la Unión dictó puntos de acuerdo en los cuales se conmina a Padrés a “acatar las resoluciones del Poder Judicial de la Federación y, en consecuencia, obedecer la orden de Suspensión de la obra del Acueducto Independencia que le ha sido dictada en más de una ocasión y someterse al estado de derecho”. Los legisladores también exhortaron a la Procuraduría General de la República a dar cauce a las averiguaciones previas por el delito de desacato en contra de funcionarios del gobierno padrecista e iniciar juicio de procedencia ante la Cámara de Diputados en contra del gobernador sonorense.

La propia Comisión Nacional de los Derechos Humanos ha manifestado que se opone a que con esta obra “se genere en la sociedad sonorense un estado de incertidumbre y tensión… propiciando con ello la posibilidad de que se geste un conflicto social”. Al igual que el Congreso de la Unión, la CNDH recomendó a Padrés que los servidores públicos de su gobierno “acaten a cabalidad los mandamientos judiciales que se les impongan, especialmente… respecto de la suspensión de las obras”.

Mal, muy mal estamos, cuando a un gobernador dos instituciones nacionales le tienen que pedir algo tan evidente como que cumpla la ley.

Además se debe actuar con la máxima cautela ante las advertencias hechas por los pueblos Yaquis, quienes serían despojados del agua en caso de consumarse el acueducto. Líderes de esta etnia famosa por su espíritu libertario y guerrero han advertido que, de llegar el agua hasta Hermosillo, llegará mezclada con su sangre. Solo desde la ignorancia se pueden desoír estos desesperados ultimátums de quienes repetidamente han demostrado en nuestra historia la vastedad de su valentía. Es entendible que, desde su cosmogonía, se justifique tomar el asunto en sus propias manos siendo que el entramado institucional ha sido burlado una y otra vez por las administraciones estatal y federal, ambas panistas, en contraste con la historia de Acción Nacional, que hasta antes del 2006 siempre tuvo gobernantes que se distinguían por su respeto a la ley y las instituciones del Estado.

Echando leña al fuego de la confrontación social, el presidente ha declarado que antes de terminar su mandato volverá a Hermosillo a inaugurar el acueducto independencia, con esa conducta porfiada que lo caracteriza. Padrés, por supuesto, aun tiene la oportunidad de evitar un conflicto y actuar legalmente, pues de seguir emulando las prácticas de Calderón terminará igual que él: herendando el gobierno a otro partido y repudiado por su pueblo.

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QMex/me

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