Visión financiera
Pero hay variantes que distorsionan aún más esa imagen. Se extraña, para empezar, que hasta el momento de escribir estas líneas, aún no se haya dado la clásica presentación de los detenidos en las instalaciones de la Policía Federal. El show que casi siempre monta Genaro García Luna para mostrar ante las cámaras de los medios a los presuntos delincuentes no se ha dado. Raro, también que no haya audios, todavía, en donde casi siempre se escucha la meliflua voz de una interrogadora, colocando la partitura para que “canten” los presuntos delincuentes, a los que en ese acto ilegalmente se condena cual culpables.
Son doce los patibularios de la PF que hasta el momento están detenidos por el ataque al vehículo dizque blindado de la embajada del Tío Sam en nuestro país. Una docena de dizque servidores públicos que cargarán sobre sí, con o sin razón, la responsabilidad del enorme fracaso de una guerra que nunca debió ser declarada por el ocupante de Los Pinos dizque para legitimarse.
Y es que con ello ni consiguió el reconocimiento popular y, menos aún, siquiera alcanzó a atenuar el flagelo de la violencia que tantas pérdidas humanas, sociales y económicas ha provocado. Antes, todo lo contrario: disparó el número de cárteles de la droga y, en consecuencia, multiplicó exponencialmente los crímenes.
Doce del patíbulo cuyas cabezas serán entregadas al Departamento de Estado, cuando los verdaderos responsables del desgarriate nacional son recibidos con alfombra roja en las principales dependencias de Washington al reconocérseles lo bien que han cumplido la tarea: han convertido a México en un verdadero Estado fallido, incapaz de defender su soberanía ni sus muy ricos recursos naturales. Y claro, éste sí un verdadero éxito, por haber convertido a nuestro país en un proveedor confiable de droga con la cual mantener alienados a los estadounidenses.
La crisis de inseguridad se observa más grave al interior de la Policía Federal, otro de los engendros de García Luna que, como el anterior –la AFI– tendrá que desaparecer. ¿Qué clase de elementos recluta el escenógrafo favorito de Los Pinos? ¿Cree acaso que el mejor policía es aquél que parece delincuente? ¿Por eso los tiroteos en el aeropuerto capitalino donde sus genízaros se repartían el botín de la droga? ¿A cuatrerear es que se dedican sus “fuerzas de la ley y el orden” en los parajes de la geografía nacional?
En el blanco del Ejército Nacional y de la Marina Armada que critican y desestiman su desempeño y eficacia, la Secretaría de Seguridad Pública federal se ve a leguas corroída por la delincuencia que anida en ella.
Sucesos como los de la terminal aérea y los del camino entre el DF y Cuernavaca son mínimos botones de muestra que afloran en la agonía de un sexenio también marcado por la corrupción, la ignorancia, el desinterés y la apatía por la res publica, y la monumental soberbia de quienes fueron beneficiados, en el 2006, por un muy cuestionable fallo de aquel venal Tribunal Electoral.
Son más que los doce que irán al patíbulo, quienes debieran colocarse en la fila de aquél invento de monsieur Joseph Ignace Guillotin.
Índice Flamígero: Por cierto, ¿sabe alguien en qué va eso del amparo a la ciudadana francesa Florence Cassez, aparente víctima de los afanes telenoveleros de García Luna? Lo último que se supo públicamente fue que la ministra de la Corte Suprema Olga Sánchez Cordero daría a conocer por estas fechas su proyecto de dictamen. ¿Sabe alguien en qué sentido viene? + + + ¡Y todavía faltan 96 días para que termine la pesadilla!
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QMex/fr