ACENTO: Las reformas van

Los coordinadores legislativos del PAN, Ernesto Cordero y Luis Alberto Villarreal mostraron idéntica disposición, lejos de una postura revanchista porque el PRI rechazó el año pasado esas reformas, y se esperaría que la izquierda abandone la postura rupturista que le impuso Andrés Manuel en 2006 y tanto dañó a los mexicanos y a ella misma.

Los panistas priorizarán la transparencia, rendición de cuentas y el control de deuda en los estados, y que la reforma política incluya la segunda vuelta, la relección de alcaldes, eliminación del fuero y aprobación de una fiscalía anticorrupción.

A su vez el Arzobispado de México pidió “apertura, diálogo y negociación”. para alcanzar esos acuerdos que tanto demandan 52 millones de pobres y el desarrollo económico del país.

Encabezados por su presidente Pedro Joaquín Coldwell y su líder Emilio Gamboa Patrón, los senadores del PRI se reunieron en Chihuahua para delinear la estrategia para respaldar las propuestas legislativas de Peña Nieto.

Manlio Fabio Beltrones, coordinador de los diputados priístas y presidente próximo de la Cámara de Diputados, estimó que el período de transición en el Gobierno Federal no afectará el trabajo de la LXII Legislatura.

Pues “la actitud de los coordinadores legislativos recientemente designados permite adelantar que hay disposición compartida en las fuerzas políticas para construir las reformas necesarias y atender asuntos de interés público inmediato”.

Hay la convicción en el tricolor que para lograr estos cambios es menester reducir el tamaño de las cámaras, reglamentar la iniciativa ciudadana, las candidaturas independientes, la consulta popular, impulsar la transparencia y la rendición de cuentas, crear la Comisión Nacional Anticorrupción y transparentar las relaciones económicas entre las autoridades y los medios de comunicación.

A fuer de realistas, se prevé que la izquierda no cooperará todo lo deseable, por sus disensiones internas y los fardos que le impone López Obrador, como insistir en que bajar los sueldos a la alta burocracia y combatir la corrupción bastaría para realizar grandes programas y abatir la pobreza sin aumentar impuestos; cuando es claro que esas cuentas no son reales, sin  que por ello deje de perseguirse a quienes dilapidan el erario público.

División de  la izquierda

La ebullición al interior de la izquierda es de pronóstico. Se deslindaron del Peje los gobernadores y buen número de legisladores electos y resolvieron apoyar el fallo del Tribunal Federal Electoral sobre la elección presidencial, y en el gobierno del DF hay pleitos en diversos frentes

La inasistencia de López Obrador a la reunión del 16 de agosto en Acapulco de los gobernadores y legisladores fue error grave, porque se tradujo en un “no los necesito, me basto yo solo”, y los desdeñados optaron por declarar que seguirán al camino de  la ley y apoyarán el fallo del tribunal, sea cual fuere.

Esto lo hicieron precisamente cuando el IFE anunció que no halló pruebas suficientes para demostrar que el PRI cometió fraude electoral con apoyo de Soriana y Monex y que los votos invalidados fueron un ridículo 0.0007 por ciento.

De ahí que los coordinadores legislativos para el Senado, Miguel Barbosa y Silvano Aureoles en la Cámara de Diputados resultaran de tribus no pejistas (de los Chuchos uno y del grupo de Amalia García otro) y estén dispuestos a negociar las reformas que requiere el país sin la intransigencia obradorista.

Por otro lado, en la rebatinga también Marcelo Ebrard resultó damnificado: ni en cuenta tomaron a sus prospectos, Camacho Solís, para el Senado, y a José Ángel Ávila, para San Lázaro.

Y no sería raro le repitieran la misma dosis en la Asamblea Legislativa, pues allí René Bejarano y su Izquierda Democrática Nacional llevan mano por ser mayoría.

Lo más grave para Ebrard sería que le ocurriera otro tanto en el reparto de cargos en el nuevo gobierno del DF, donde su pupilo Miguel Ángel Mancera tendrá que atender los reclamos de las tribus mayoritarias, so pena de que no lo dejen gobernar.

QMex/sfl