Navidad y tinieblas
Para el caso mexicano, pareciera que la mayoría de las veces los políticos usan el discurso en campaña, porque en efecto, siempre están en ese tenor o defendiendo las fuerzas más que de gobierno y del propio Estado, las del partido político al que pertenecen. En cuanto al lenguaje, la mayoría de las veces este se encuentra en uno de los en los extremos peor calificados para que el receptor logre una real comprensión del status del tópico que se informa o en su caso aclare, y se utiliza cuando se recurre a las palabras confusas o las metáforas.
El doctor Agustín Carstens, quien se desempeñara los primeros tres años de la administración calderonista como secretario de Hacienda y Crédito Público y a partir del 2010 se convirtió en el gobernador del Banco de México, es uno de los personajes de la política a quien le fascina usar el discurso ambiguo y de metáforas para informar o explicar que la economía mexicana está bien cimentada y se consolida, incluso ante los embates de la fragilidad de las economías de otros puntos cardinales del planeta.
Para iniciar la semana, en el marco de la primera plenaria de los senadores electos priistas, el gobernador del Banco de México señaló entre varios tópicos, que la economía mexicana está creciendo y aunque pudiera moverse en aguas turbulentas por la situación de la economía europea, la nuestra está fuerte. ¿Qué quiso decir con esto Carstens? Pues que cada receptor del mensaje debe darle la interpretación que desee o necesite.
El que sí navega en aguas turbulentas y sale airoso es Carstens quien en su camino ha dejado varios ahogados, quizá por no leer correctamente sus metáforas sobre la economía nacional, a las que nos tiene tan acostumbrados.
A finales del año 2006, al desempeñarse Carstens como coordinador económico de Felipe Calderón afirmó: “No hay balas de plata que uno pueda usar para que de repente haya más crecimiento, menos pobreza y más empleo”. Luego, ya como secretario de Hacienda, siempre se le recordará aquella frase del catarrito, cuando dijo que antes se afirmaba que si la economía estadounidense se desaceleraba, a México le daba una pulmonía, pero que ahora las cosas eran diferentes: “… cuando Estados Unidos tiene neumonía México sólo tiene un catarrito”. Meses después se le cuestionó sobre su última metáfora y tomó como salida contestar: “Ya no voy a hablar en términos médicos, soy un doctor en economía, no en medicina”.
Otras de las metáforas del doctor en economía Carstens: En el 2008 dijo del comportamiento de nuestra economía nacional, que se encontraba en “…un bache que tiene agua, entonces hay que ver cuál es el fondo (…) en el mundo se está viendo una crisis sin precedente” y para el 2009 apuntó que “en estos tiempos de crisis, es mejor encender una vela que maldecir la oscuridad”, al referirse a la apertura del portal de internet tuempresa.gob.mx.
Total que del catarrito a la turbulencia, el discurso político está siempre en campaña y defendiendo los intereses de grupo y nunca de la sociedad mexicana.
Acta Divina… Al gobernador del Banco de México, Agustín Cartens, se le preguntó durante la primera plenaria de senadores electos del Revolucionario Institucional si la crisis de Europa podría afectar a México, y esto contestó: “Nos puede generar algún acto de turbulencia, ningún país está exento en caso de que haya un descalabro mayor en Europa. Lo importante es que si en todo caso sucediera algo de ese tipo, estamos en un entorno de una economía fuerte. Estamos bien preparados para navegar en aguas turbulentas”.
QMex/cr