Libros de ayer y hoy
Era obvio pensar que la inexperiencia política de Beatriz Miranda de Wallace la mantuviera alejada del triunfo electoral por la jefatura de gobierno del Distrito Federal. Sin embargo, era muy difícil prever el grado de descomposición que, al interior del PAN, produjo su imposición en la candidatura.
La culpa, hoy no tiene responsables, es “de la imposición”. Eso dicen incluso quienes no solo la acataron, sino que hasta la aplaudieron con la boca atragantada de los sapos que tuvieron que engullirse.
Muchos panistas atribuyen directamente la responsabilidad de la derrota en el Distrito Federal al presidente Felipe Calderón, quien habría sido el autor de la estrategia y la designación. No obstante, la propia candidata perdedora rechaza que haya sido el presidente de la república quien la invitó, sino que fue en persona el dirigente formal panista, Gustavo Madero, quien operó la designación.
La señora Wallace logró con un consistente trabajo social realizado durante varios años, un liderazgo que no supo adaptar y que, incluso, perdió durante su aventura electoral. Aunque parezca fácil, dicen algunos políticos, no es lo mismo ser líder social que político.
Es increíble que ahora se adjudique su derrota solo a la imposición, a todas luces arbitraria, de quien haya sido su creador u operador. Ella asegura que no fue Calderón sino Madero, quien la invitó y convenció.
Su caso fue un “fracaso” al no lograr la capital. Cecilia Romero, secretaria general del PAN, indicó que el único facultado para realizar la designación de candidatos es el Comité Ejecutivo Nacional, por lo que si existe un fracaso es del Comité, advirtió. “Quiero deslindar a la señora Wallace de culpa en el fracaso, cada candidato, sea panista o sea externo, da lo que tiene y creo que Isabel dio lo que tenía; el error, el fracaso, no fue de Isabel, fue de la dirigencia del PAN”, puntualizó.
Inexperta en asuntos partidistas y de campaña, era previsible su derrota, aún cuando hubiera quien creyera que su figura mediática supliría sus notorias carencias e insuficiencias.
Fue diferente al segundo suicidio de la priista Beatriz Paredes, quien estuvo no nada más dispuesta, sino que buscó y halló afanosamente la candidatura y su consecuente derrota, pues así “garantizaba” –dicen quienes saben– su lugar en el gabinete del candidato presidencial ganador, Enrique Peña Nieto.
Ni una ni otra tuvieron ni que despeinarse, la derrota estaba asegurada y anticipada.
“A mí quien me hizo la invitación fue Madero y lo he dicho abierta y transparentemente, primero fue Madero, luego se sentó conmigo (Juan) Dueñas (líder del PAN-DF) junto con Madero. Jamás me entrevisté con el Presidente de la República, jamás tuve contacto con él para hablar una cuestión de esta naturaleza, yo tenía meses de no tener contacto con él en ningún evento público. Si (Demetrio) Sodi tiene pruebas que las aporte”. La activista social aclaró que nunca vio una encuesta de Gobernación, “eso es una gran mentira”.
“Creo que más que echarse culpas o buscar culpables, lo que deberían de hacer es ponerse a pensar qué hizo (José Luis ) Luege (director de la Conagua) para la campaña, qué trabajó y qué aportó para el DF y qué hicieron los liderazgos. Ellos estuvieron ausentes, estuvieron en otras campañas, no estuvieron en las campañas del DF, creo que cuando se juega para meter autogoles, el marcador y el resultado final tienen que ser éste. Cada quien fue a defender la trinchera que creía debía defender. Creo que cuando alguien pierde debe de tener la dignidad de perder y de saber que quien se mete a concursar puede ganar o perder, ellos perdieron. Deberían de tener esa dignidad de asumir las responsabilidades de qué se hizo y qué no, sus estatutos permiten hacer candidaturas por designación, el propio Demetrio Sodi fue designado y no fue votado, me extraña que él esté haciendo este tipo de comentarios. Hubo gente que estuvo operando en contra de mi candidatura. Pidieron que no votaran por mí y alguien del PAN fue a ver al cardenal (Norberto Rivera) para que saliera Valdemar (Hugo Valdemar Romero, portavoz de la Arquidiócesis de México) a decir que no votaran por mí, se hicieron harakiri los panistas”, son algunos de los dichos de la líder social.
Y más aún, recapacitó: “Esto debe de ser una reflexión de todo lo que les sucedió en Guadalajara, en Morelos, en la Presidencia, si nada más hubieran perdido el DF no hubieran quedado en tercer lugar. De que hubo traiciones dentro del PAN, claro que las hubo, en el DF hay mucha gente que operó a favor del PRD por conveniencia propia”.
El triunfo tiene muchos padres y tutores, la derrota, es huérfana.
QMex/am