Genio y figura
Convocó Graco Ramírez, gobernador electo de Morelos, quien advirtió: “no vamos a ir otra vez con un presidente legítimo, como en el 2006, porque eso nos impidió ganar la elección de 2009 y fue un error”.
Fueron a Acapulco los izquierdistas triunfadores el 1 de julio: Graco y Arturo Núñez, mandatarios electos de Morelos y Tabasco, Miguel Mancera, jefe de gobierno electo del DF, y Luis Walton, alcalde electo del puerto, ex líder nacional de Convergencia, hoy Movimiento Ciudadano, muchos diputados y senadores.
Pese a que dicen que es muy cercano a López Obrador, Núñez, que presidió el IFE cuando éste dependía de gobernación, declaró que nada prueban las pruebas de la compra de votos aportadas por el Peje y, por tanto. No puede invalidarse legalmente la elección presidencial.
Desde que triunfó, Mancera fijo estar dispuesto a aceptar a Peña Nieto como Presidente de la República, si el Tribunal Electoral lo declaraba tal.
Saben además que le fue muy bien a la izquierda el 1 de julio: ganó Moleros y Tabasco por vez primera, 28 senadores y 136 diputados federales, con los que será segunda fuerza en Sal Lázaro y se llevó carro completo en el DF.
Sus nuevos coordinadores legislativos, Miguel Barbosa y Silvano Aureoles son de los Chuchos y Amalios, o sea de grupos moderados, más afines a Marcelo Ebrard que al Peje.
Como que la Cumbre de Acapulco inició el aislamiento político del mesías tropical, que empezará a injuriar a quienes no lo sigan, como tildó al PAN porque rechazó secundarlo en sus desvaríos: lo motejó de palero.
Empieza a cumplirse la predicción de Emilio Gamboa, líder de los senadores del PRI, de que Andrés Manuel se quedará solo cuando el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación valide el triunfo de Peña Nieto.
No hay derecho, Peje
¿De dónde salio el Peje tan respetuoso de la Constitución?
Si en 2002, se lanzó de candidato a jefe de gobierno del DF sin tener 5 años de residir en la Ciudad de México, como manda la Carta Magna.
Si como jefe de gobierno burló varios amparos, concedidos por el Poder Judicial.
En 2006 desobedeció el fallo -que es “inatacable”, según la Constitución– del Tribunal Electoral, que declaró Presidente electo a Felipe Calderón.
Inclusive trató de impedir que éste rindiera la protesta como Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, que ordena la propia Carta básica.
Hizo campaña presidencial adelantada durante 5 años, de 2006 a 2011, contra lo que establece el COFIPE, ley reglamentaria de la Constitución y, además, nunca informó cuanto gastó en ella y cómo lo obtuvo.
En consecuencia tampoco pagó el impuesto sobre la renta que establece la Ley fundamental para todas las percepciones de los mexicanos.
Ahora sale con que no aceptará “decisiones legaloides” del TEPJF; lo que indica que sólo aceptará las que a él le favorezcan.
Quiere que se tomen como pruebas legales de la compra de votos que achaca al PRI un chivo, unas gallinas, termos, tortilleros, gorras, delantales, macetas, lupas, hieleras, lámparas, comales, llaveros; 3,623 enseres que él y su gente entregaron al TRIFE dizque por haber sido donados por el tricolor a votantes para que sufragaran en su favor.
El Movimiento Progresista quizá pueda demostrar que el PRI donó esos cachivaches, pero jamás demostrará que los favorecidos con ellos votaron por él y, por tanto, no prueba ninguna compra de votos.
Respetar la ley máxima del país y a los mexicanos es lo que debería hacer López Obrador, en vez de seguir sembrando zozobra y división por capricho y su ambición desmedida de poder.
Gente como él no merece, no digamos ser Presidente de México, ni siquiera decirse mexicano, porque conspira contra el bien de todos los mexicanos.
Malova volverá al PRI
A los 20 gobernadores que tenía el tricolor, el 1 de julio añadió el de Jalisco que arrebató al PAN con el triunfo de Aristóteles Sandoval.
Y pronto se le agregará Mario López Valdés (Malova) de Sinaloa, quien fue priísta toda su vida y hace tres años resultó candidato a gobernador de una alianza PAN-PRD, porque el saliente Jesús Aguilar Padilla le cerró todos los caminos.
Malova es gente del exgobernador tricolor Juan S. Millán y de Manlio Fabio Beltrones, líder de los diputados federales electos del PRI, y sólo espera que el presidente Felipe Calderón termine su gestión para declararse seguidor de Peña Nieto.
Lo mueve un sentido de gratitud hacia el mandatario panista, quien fue el impulsor principal de que el PAN lo postulara a gobernar Sinaloa y cumplir su sueño político dorado.
QMex/sfl