Libros de ayer y hoy
Zedillo no era, nunca fue, parte de ese grupo que especialmente en la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México, con vínculos en las de Derecho y Ciencias Políticas y Sociales, comenzó a caminar en linderos apisonados por el poder priista de aquellos tiempos. Ahí están las huellas del grupo de Los Toficos.
Así como en su momento el grupo de amigos de la colonia Del Valle, encabezados por Luis Echeverría Álvarez y José López Portillo, pactó llegar al poder y repartirse posiciones, incluso de sucesión presidencial, pero que se agotó con la crisis económica y la galopante corrupción que llevó a prisión a varios de sus integrantes, entre ellos Arturo Durazo Moreno y hasta al ingeniero Jorge Díaz Serrano, que pagó los platos rotos –en papel de chivo expiatorio—en aras de la invocada “Renovación Moral de la Sociedad” del sucesor Miguel de la Madrid Hurtado–, así se agotó el pacto de los amigos de Carlos Salinas de Gortari.
Pero en realidad la derrota electoral del año 2000 fue apenas como un repliegue del salinismo que se atrincheró en el Congreso de la Unión y algunos gobiernos estatales, en la preparación del terreno para retornar a Los Pinos. Los tiempos se cumplen y el PRI va en franco retorno
¿Dónde encaja López Obrador en esta historia de familias?
Justamente en la familia escindida de la salinista y que encabeza Manuel Camacho Solís y su alumno destacado, Marcelo Ebrard Casaubon. Cuando Camacho renunció al PRI en octubre de 1995, no se lanzó al vacío. No. En realidad su carrera política tenía una nueva vertiente en la oposición y con personajes a los que conocía bien e incluso los había apoyado a su paso por la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología y el Departamento del Distrito Federal.
Precisamente como jefe del entonces Departamento del Distrito Federal, su aspiración por suceder a Carlos Salinas de Gortari lo llevó a concentrar esfuerzos como conciliador y negociador del gobierno salinista. En realidad, muchos de los problemas que solucionaba, los creaba ex profeso e incluso fue impulsor de las organizaciones vecinales en las que operó el financiamiento a personajes como René Bejarano, pero en esos andares destacó, sobre todo en 1992, la mecánica utilizada para apaciguar los plantones de pescadores, trabajadores petroleros y campesinos de Tabasco, encabezados por Andrés Manuel López Obrador.
Cuestión de recordar, por ejemplo, que por aquellos días un plantón en el Zócalo fue solucionado por Camacho Solís mediante la entrega de nueve millones de pesos –en cheques al portador buena parte de esa cantidad—que se entregaría a trabajadores petroleros cuando fueran de retorno a Tabasco. El dinero fue escamoteado y hubo golpes en Villahermosa contra dirigentes del PRD que, encabezados por Andrés Manuel, se quedaron con buena parte del dinero.
Fue una buena mina de oro la que explotó Andrés Manuel con esas movilizaciones, como la de los barrenderos de Villahermosa, entre otras que fueron solucionadas por Camacho Solís mediante Marcelo Ebrard, encargado de entregar el dinero a López Obrador.
Y, bueno, tampoco hay que olvidar aquellas movilizaciones de 1996 cuando López Obrador ya había sido derrotado por Roberto Madrazo Pintado en la carrera por el gobierno de Tabasco. Entonces, Andrés Manuel encabezó los bloqueos a pozos petroleros, por lo cual se libró orden de aprehensión en su contra y de sus principales colaboradores.
¡Ah!, el olvidadizo Andrés Manuel. “Les digo a los dueños de Soriana que están mintiendo, que nosotros no incitamos a la violencia…no tenemos nada que ver”, refirió en conferencia de prensa para responder a las acusaciones que se han hecho en su contra por incitar a actos violentos, como el encabezado por Gerardo Cervantes, candidato derrotado a la alcaldía de San Vicente Chicoloapan, Estado de México, que bloqueó accesos a una tienda Soriana en aquella demarcación.
Pero, bueno, la pertenencia del derrotado candidato de las “izquierdas” a la familia política liderada por Manuel Camacho Solís, a la que se incorporaron las corrientes de Los Chuchos e incluso se doblegaron las lideradas por René Bejarano y Dolores Padierna, tiene el objetivo de hacerse del poder por encima de todo y pese a todos. Y ello incluye la amnesia y el cinismo.
Mentir es praxis en Andrés Manuel, como crear conflictos previamente solucionados lo ha sido de Camacho Solís, quien llega al Senado para operar la carrera de Marcelo Ebrard rumbo a la elección presidencial de 2018. El tabasqueño tiene la tarea de generar el desprestigio del gobierno de Enrique Peña Nieto. No logrará anular la elección presidencial; tal vez sí el descrédito del próximo Presidente y, con ello, desbrozar el terreno para Marcelo. Ese fue el acuerdo, sin duda. Conste.
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