
Cárteles made in USA
Calderón no debe apoderarse del PAN
Ninguno de ellos merece seguir al frente de Acción Nacional por ser grandes responsables del fracaso, que lo dejó con sólo 4 gobiernos estatales de 9 con que inició este sexenio, amén de escaños y curules federales y locales, ayuntamientos y regidurías que también perdió.
La falta de oficio político del gobierno calderonista, la ineficacia de muchos colaboradores -escogidos por ser amigos, más allá de su capacidad– y la nula difusión de sus logros -importantes muchos- llevaron a este régimen a sufrir tremendo desprestigio ante la sociedad y, por tanto, los votantes.
Los aciertos de Calderón Presidente irán notándose con el tiempo; mas no contaron en los comicios, y sí fueron un desgaste excesivo, que no pudieron paliar funcionarios ineptos, ayunos de malicia y tino políticos.
Madero heredó un partido destrozado por Germán Martínez y César Nava, calderonistas destacados, incapaces de liderar al partido en el poder y sumó debilidades que permitieron transas en la elección de candidatos y que se colaran nepotistas y arribistas desprestigiados y quedaran fuera panistas y líderes serios, que habrían ganado votos y laborado por el prestigio del PAN y el bien del país.
Notorio fue la falta de apoyo a la candidato presidencial Josefina Vázquez Mota, por no ser la delfín de Los Pinos, por la inmadurez y pelea por curules plurinominales, que frustraron el anhelo de muchos mexicanos de tener la Presidenta de la República.
Estas y más fallas debe descubrir la autocrítica seria de consejeros panistas, sin que sean llevados de la mano por los intereses de control de Calderón o Madero; sino con libertad y la convicción de que sólo así sacarán del hoyo a su partido.
Pero también con la condición de que nadie revele los puntos tocados, para ganar notoriedad en los medios informativos; pues aunque los panistas son malos para llevar una interrelación constructiva con éstos, sí hay deseosos de notoriedad pasajera, que, por cierto, a nada constructivo conduce, y en este caso resultaría fatal.
“La ropa sucia se lava en casa”, reza el viejo y sabio proloquio.
Ni a Calderón y menos a Madero se les ven ímpetus caciquiles, como los imperantes en PRD, PT y Movimiento Ciudadano; ni afanes de enriquecerse con los subsidios partidistas, ni mucho menos de sojuzgar a compañeros y servirse de ellos para auspiciar ambiciones inconfesables.
Que se refunde, restaure, remodele o limpie el PAN es asunto secundario. Lo importante, permitir a Madero concluir su mandato sobre lineamientos firmes, trazados por sus órganos superiores y la advertencia de que si no se ciñe a ellos, será decapitado, como algunos despistados lo piden ahora.
Hay que dar institucionalidad al PAN, llamado a resguardar las instituciones nacionales; sin afanes de caudillismos, tipo la izquierda, que por eso anda a la greña con frecuencia y volverá a las mismas al desvanecerse el sueño de opio del Peje de que le obsequien la Presidencia, que el pueblo le negó.
Sólo así el partido fundado por Gómez Morín y González Luna volverá a ser factor importante en nuestra política y recuperará y acrecentará lo logrado en 70 años de brega por airear la corrupta política mexicana, realizar serias reformas legales y avanzar gradualmente en la conquista de posiciones de gobierno.
Sin tales premisas será imposible volver a sacar al PRI de Los Pinos, como postuló en estos días Felipe Calderón, envuelto en el panismo que le inculcó su padre Luis Calderón Vega desde su tierna edad.
QMex/sfl