Navidad y tinieblas
El parecido no es accidental. En términos de campaña política, un aspirante trata de hacer ver al otro bajo la peor luz imaginable y cuestiona lo mismo la veracidad personal que el historial del contrario.
Para ello, ciertamente, es necesario que haya un público dispuesto a creer lo que se dice del rival, algo que no es difícil en un ambiente tan polarizado como el que se da en ambos países. El punto es de percepciones, que suelen ser subjetivas pero de ninguna forma menos vívidas, sobre todo para aquellos que desean creerlas…
La mayor diferencia es que en México López Obrador busca descalificar al aparato como un todo, como proclive a trampas y deshonestidades. Allá, ambos candidatos, aunque el que ahora parece tener mas éxito es el presidente Barack Obama, tratan de presentar al opositor como un desastre para su país.
López Obrador lleva mas de seis años dedicado a criticar al “sistema” y de hecho su campaña se basó en la oferta de un “cambio” mas o menos nebuloso pero que muy claramente tocó un nervio en una sociedad cansada de corruptelas y los abusos, reales o percibidos, de una clase política a la que AMLO se dice ajeno pero a la que sin embargo pertenece.
AMLO no ganó la elección, pero se convirtió en juez y parte, fiscal y jurado, para presentar su campaña como la inocente paloma que compitió con enemigos perversos y una muy vocal parte del público parece haberla creido.
En el lado estadounidense, Obama parece haber logrado poner en un rincón al republicano Mitt Romney, gracias a una campaña en la que usa las palabras, las acciones y el historial de Romney para subrayar contradicciones y posturas que califica como extremas.
Romney, por su parte, habla de Obama y sus políticas como un desastre en desarrollo que golpeará duramente la economía estadounidense, no importa que la crisis enfrentada por el mandatario haya sido herencia de un gobierno y políticas republicanas muy parecidas a las que él promueve.
Hasta ahora, sin embargo, AMLO parece haber tenido mas éxito en desvirtuar el resultado de las elecciones que en su propósito último de buscar su anulación a partir de crear una opinión pública adversa al candidato Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
El hasta ahora éxito de Obama en pintar a su enemigo con colores mas que negativos, ha sido favorecido por las omisiones del republicano. Y de hecho la actual línea de ataque, de “exportador de empleos” mientras presidió la empresa “Bain Capital” y de no decir la verdad respecto a sus impuestos, preocupa ya a los republicanos.
Pero los problemas económicos internacionales y su impacto en una débil recuperación estadounidense son la “espada de Damocles” sobre la campaña de reelección del mandatario
Aquí el período electoral está en sus estertores y AMLO ha tenido un cierto éxito en pintar el proceso como ilegítimo, aunque no ilegal. Está por verse si eso le servirá para una eventual tercera campaña presidencial, que según los antecedentes empezará tan pronto termine esta fase.
QMex/jcf