LA COSTUMBRE DEL PODER: AMLO, ¿bosón de Higgs?

12 de julio de 2012
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8:03
Gregorio Ortega

No contentos con negarse el destino que merecen, en la última elección presidencial decidieron sufragar -35 de 50 millones de electores que optaron por hacer uso de ese privilegio- contra ellos mismos, al no darse cuenta que la luz de la razón y la lógica indicaba que debieron elegir la única opción que los conduciría al paraíso en la tierra, que les permitiría descubrir que en su vida y en democracia podían, de pronto, toparse con ese bosón de Higgs o partícula de Dios, ¿encarnada en el candidato de las izquierdas, representante de la luz que cohesionaría a la nación, para iluminar a los 35 millones de electores que le negaron su voto? Votantes que necesitan comprender que él, únicamente él es el iluminado que tiene conocimiento de esa realidad intangible que demuestra la compra de cinco millones de votos -cifra del pentagrama, número de la Cábala-, la transa y la corrupción en la que gustosos se hunden los mexicanos negacionistas, tercos en no buscar la reforma del Estado, puerta de entrada de las reformas estructurales.

Sin embargo, todavía tienen una oportunidad de mudar de parecer y todos a una, los 35 millones, sumarse a la postura de AMLO e impugnar, junto con él, ese voto por ellos emitido en contra de sus convicciones políticas, de su ideología, de su partido, de sus intereses, porque el apóstol de la democracia, humilde como es, únicamente se reconoce como polvito de Campanita, imagen de la honradez y la honestidad valiente, avalada por esos seis años vividos gracias al dinero del pueblo, al dinero del sacrificio, que al fin y al cabo únicamente alcanza la ridícula suma de mil millones de pesos.

Esos 35 millones de negacionistas de la luz de AMLO, lo hacen por estar conscientes -como anota Javier Marías- que “hoy todo da pavor y la gente es muy poco libre en lo personal, y cada vez lo es menos en la educación de sus hijos. A los niños, antes, se les enseñaban muchas cosas en cuanto tenían uso de razón, por algo se llamaba así. Cosas que les podían ser útiles cuando fueran mayores, porque nunca se perdía de vista que un niño acabaría por ser mayor. No como ahora, en que lo que más bien se pretende es que los adultos continúen siendo niños hasta la ancianidad, y además niños bobos y hasta pusilánimes. Por eso hay tanta tontuna en todas partes. Es triste asistir a una época de decadencia, habiendo conocido otras mucho más inteligentes, dónde va a parar. Será una de las razones por las que no lamentaré tanto mi marcha.”

35 millones de ingenuos mexicanos que decidieron no optar por el ilusionista, cuyos empleados y fieles seguidores acuden hoy al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, con el propósito de solicitar la anulación de la elección presidencial, para presentar pruebas de que se compraron cinco millones de votos. ¿Cómo determinaron esa cantidad?

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