El presupuesto es un laberinto
Es, quizás, la playa más bella del mundo; mínima, pendiente de las mareas, accesos complicados…, repleta de rincones abiertos, sorprendentes. Estética perfecta, divina, difíciles mensajes circulando por sus espacios…
Magia muy cerca de las aguas azules, tonalidades cambiantes, libres, oleaje bravío, calmado…, sin formulas interpretativas. Es el Cantábrico, Oriente de Asturias, mi rincón favorito, digamos secreto…en toda su deslumbrante vida; peligros escondidos, calor entrañable en todas sus figuras, en su atmósfera…
Es la playa de Claudia. La pequeñita de Antonio – mi camarada de aventuras, sobrino, colega, amigo…- y Ana, su encantadora, valiosa compañera. Claudia aún no ha cumplido 2 meses y un grupo de notables – algunos éramos solo aprobados – de la Asamblea Universal le ha asignado este nombre a este pequeño rincón de la Vía Láctea
Un cartel para la posteridad, espero disfrutes de esta visión única e imagines los entornos…
Aprovecho para contarte la revelación de un violinista de prestigio mundial. “Yo lo único que hago es conectar una inspiración maravillosa de Beethoven, con un instrumento perfecto construido por el genial italiano Stradivarius, y un arco finísimo, exacto para resonar en cuerdas perfectas y entonces…, yo me quito de en medio”
Este mensaje encierra, a mi juicio, uno de los más profundos secretos de la vida…
Ya recuperado de los esfuerzos en el Camino de Santiago, ahora disfruto con chispas que nunca se apagan…
QMEX/